
Sale el tren de Buenos Aires a Neuquén. En un vagón va sentada una mujer con un lomo tremendo de bueno, un bebé en brazos y un hombre sentado enfrente de ellos.
De pronto el bebé rompe a llorar y la mujer le da el pecho, muy buen pecho por cierto, pero el bebé sigue llorando.
La mujer le dice al bebé:
- Hijo mÃo, cométe la teta. Si no te la comés vos se la voy a dar a ese señor de ahà enfrente.
El niño sigue llorando y finalmente se duerme.
Al rato, el bebé vuelve a llorar, la mujer le da el pecho pero el bebé sigue llorando, y le vuelve a decir:
- Hijo mÃo, cométe la teta. Si no te la comés vos se la voy a dar a ese señor de ahà enfrente.
Asà pasó durante todo el viaje, cada 15 o 20 minutos el bebé volvÃa a llorar y la madre le decÃa lo mismo.
Cuando quedan 15 minutos para Neuquén, el bebé vuelve a llorar, la pobre madre le saca el pecho pero el niño sigue llorando y le vuelve a decir por enésima vez:
- Hijo mÃo, cométe la teta. Si no te la comés vos se la voy a dar a ese señor de ahà enfrente.
En esto el señor se levanta y le dice a la madre: - ¡ Por Dios señora ! Que el chico se decida...
Yo me tenÃa que haber bajado en Chascomús.
