El Plural / El Rincón del Neocon
Estaba terminando de preparar la maleta para pasar un par de días con Pedro J. en su piscina pública, cuando estalló, y nunca mejor dicho, la noticia de las bombas en los trenes de Bombay. Con cuidado coloqué la última prenda, un bonito corsé impermeable que le llevaba como agradecimiento por su amable invitación, y con preocupación estuve durante horas escuchando las noticias que iban acumulando coincidencias con el atentado del 11 M: ambos atentados sucedían un mismo día 11, en trenes de cercanías, en hora punta, con múltiples explosiones, con un sistema similar de iniciación y sin la participación aparente de terroristas suicidas.
Aturdido por los datos, mi primer pensamiento fue, como el de muchos otros ese día, que a atentados iguales correspondían iguales responsables. Como pirañas hambrientas, a los sicarios de Polanco les faltó tiempo para expandir la idea de que quedaba demostrado que ambas atrocidades eran obra del extremismo islámico, y que por lo tanto nuestra teoría sobre la conspiración de ETA, Guardia Civil, Policía, CNI, Tedax y Marruecos, eran pura invención.
Afortunadamente, un par de llamadas de socorro a mis guías espirituales, Federico y Pedro J., me devolvieron la cordura. Mi error era de principiante. Efectivamente los atentados eran casi idénticos y, efectivamente, eso demostraba que sus autores eran de la misma ideología y formación, sólo que no eran islamistas, sino el mismo contubernio entre etarras y fuerzas de seguridad del Estado que había provocado la
matanza de Atocha.
El razonamiento, me explicaron mis maestros, es sencillo: ETA, después de haber llegado a un pacto con Zapatero y sus acólitos, decidía atacar el tan codiciado mercado asiático. Es decir, la banda terrorista, como tantas otras empresas occidentales, simplemente se estaba deslocalizando.
De haber contado el gobierno indio con un ministro de la inteligencia de Acebes, hubieran descubierto esta trama enseguida, pero al no tener hombres de semejante valía seguían dando palos de ciego achacando absurdamente el atentado a grupos islamistas de Pakistán o Cachemira.
Me consta, que el buenazo de Ángel ya se ha puesto al servicio del gobierno de Delhi y que siguiendo sus hábiles indicaciones la policía india busca desde hace días un par de bicicletas utilizadas por los presuntos terroristas. Según algunos testigos, momentos antes del atentado fueron vistos dos individuos que llamaron su atención. El más corpulento llevaba una boina enorme de color negro, y el segundo una especie de triángulo de charol del mismo color. Pero lo que más sorprendió a los transeúntes es que iban escuchando a todo volumen una cinta de cassette de la Orquesta Mondragón, algo que no se oía en Bombay desde hacía muchísimos años.
Pues no le veo yo el Chiq ese de esto, pero vamos que como panfleto esta igual de bien que el Sport o el Mundo Deportivo.
Me pasaré por Libertad Digital y te pondré algun articulo del estilo a este para reirnos todos.
