• La Eurocámara censura el golpe de Franco y homenajea a las víctimas del régimen
• Mayor Oreja elude criticar a la dictadura y dice que el Gobierno rompe la concordia
ELISEO OLIVERAS
ESTRASBURGO / ENVIADO ESPECIAL
El Parlamento Europeo, con la significativa excepción del Partido Popular (PP) español y de la extrema derecha, condenó ayer la dictadura franquista de España, coincidiendo con el 70° aniversario del golpe de estado del general Francisco Franco el 18 de julio de 1936 contra el Gobierno democrático de la Segunda República. Cuatro años después de la condena del Congreso de los Diputados --a la que se sumó por vez primera el PP--, y pasados más de 30 desde la muerte del dictador, el Parlamento Europeo en Estrasburgo (Francia), a iniciativa de unos 200 diputados de los diferentes países y grupos políticos, rechazó la sublevación militar y el régimen franquista.
El presidente de la Eurocámara, Josep Borrell, hizo una declaración institucional "para condenar críticamente a los responsables" de la dictadura franquista, "para rendir homenaje a sus víctimas" y para expresar el "reconocimiento a todos los que combatieron por la democracia, padecieron persecución e impulsaron el retorno de España a Europa".
ESPERANZA FRUSTRADA
El golpe militar, destacó Borrell, "frustró una gran esperanza" democrática en Europa. La sublevación, añadió, "no solo dio origen a un guerra larga y cruel en España", sino que "la derrota de la República fue el prólogo de la devastadora segunda guerra mundial" en Europa. Borrell subrayó que la guerra civil española fue seguida de una posguerra "larga y dura", que mantuvo a España aislada del proceso de democratización de Europa.
Jaime Mayor Oreja intervino a continuación en nombre del grupo popular, pero se abstuvo de efectuar la más mínima condena del franquismo. En su lugar, se dedicó a exaltar la transición y "los valores de reconciliación y de superación de un trágico pasado".
Oreja aprovechó su intervención para atacar al Gobierno socialista, al que acusó de cometer un "error histórico" al "impulsar una segunda transición" que quiebra la Constitución y la concordia. El conservador, líder de los populares españoles en la Eurocámara, calificó de "disparate histórico" la reforma de los estatutos de autonomía y "la aceptación de la existencia de naciones dentro de España que no han existido nunca".
El líder del grupo socialista, Martin Schultz, afirmó que la intervención de Borrell, un español y un catalán, en nombre de los diputados de los 25 países de la UE representa "la victoria de la libertad y la derrota de Franco". Borislaw Geremek, en nombre de los liberales, recordó que "Franco impuso un régimen dictatorial en contra de la libertad, la democracia y el estado de derecho", que "mantuvo a España alejada de Europa durante 50 años en contra de la voluntad de su pueblo".
Daniel Cohn-Bendit, copresidente de los verdes, destacó el "coraje y la abnegación" del pueblo español en la lucha por conseguir la democracia y la "cobardía" de las democracias europeas que dejaron caer la Segunda República. Cohn-Bendit también denunció "la barbarie del fascismo", de la que la destrucción de Gernika es un símbolo, y "la intolerancia del totalitarismo comunista", que destruyó las filas republicanas con la eliminación de trotskistas, anarquistas y otros disidentes.
INDIFERENCIA
El líder de la izquierda unitaria, Francis Wurtz, señaló que el aplastamiento de la joven república española condujo a la posterior destrucción de Europa y criticó "la indiferencia complaciente" que mantuvieron los dirigentes europeos para con el régimen franquista.
Las alabanzas a la dictadura franquista por parte del diputado polaco Maciej Marian Gyertich, de la Liga de Familias Católicas, desencadenó incluso la intervención del líder del grupo popular, Hans-Gert Pöttering, que "como católico" condenó los "regímenes totalitarios". Introdujo, pues, un matiz que le desmarcó de la intervención de Oreja.
Setenta años después, y aún estamos así. . . 