Robo de identidades, el fraude preferido en la Red

Me han quitado el nombre’ se ha convertido en una frase habitual cuando se utiliza Internet. El robo de identidad encabeza la lista de fraudes más comunes en la Red, según un estudio realizado por la Asociación de Usuarios en Internet (AUI). Pese a la peligrosidad de este tipo de fraude, es otro, el spam o correo basura, el que más preocupa y que más gastos ocasiona a los cibernautas.

El robo de identidad se produce cuando alguien utiliza la información particular de otra persona sin su autorización con fines fraudulentos o para cometer delitos en su nombre. Bajo este epígrafe se agrupan estafas de lo más variadas. Los usuarios se han quejado de las subastas en Internet, las oportunidades de trabajo desde casa, los préstamos anticipados o el servicio telefónicos, entre otros. Además, en los últimos meses las protestas se han centrado en el fraude de la “transferencia o giro”. Tampoco hay que olvidar el phising, método por el cual los ciberdelincuentes engañan a un usuario para obtener sus claves bancarias en la Red.

“Obtener la información confidencial de una persona resulta relativamente sencillo”, defiende Pérez Subías, presidente de la AUI. De acuerdo con este informe, resulta fácil conseguir una determinada dirección de correo electrónico sin nuestro consentimiento en foros y chats. A partir de ahí, los ladrones, con un poco de picaresca y engaños, pueden conseguir todo tipo datos del usuario. Incluso se han detectados casos de personas a las que le han robado directamente la dirección de correo electrónico con el consiguiente perjuicio.

Preocupación por el spam

Entre las preocupaciones de los usuarios predomina el correo no solicitado por los costes, molestias y desconfianza que genera. “El coste estimado que supone el spam para un empleado de una empresa contabilizando exclusivamente el tiempo que tarda en mirarlo, supone en estos momentos más de 3.500 euros por trabajador y año”, defiende Pérez Subías. Además, hay que tener en cuenta que el 98% de los fraudes y de problemas de seguridad están originados por un correo no deseado.

En su estudio, la AUI intenta orientar a los perdidos internautas con una serie de recomendaciones. Si el usuario ha sido víctima de un hurto, debe alertar del fraude a la policía, revisar los cargos de la tarjeta –la entidad bancaria tiene la obligación de devolver el dinero si el usuario no está de acuerdo con el pago- así como cancelarla.

En cuanto al correo electrónico no deseado, la AUI propone evitar su acumulación utilizando programas con filtros para separar los emails normales del spam. Además, hay que intentar no abrir los ficheros adjuntos de los correos electrónicos si no se está seguro de su procedencia. Tampoco hay que responder ni seguir los enlaces de los mensajes fraudulentos que llegan en un mail desconocido.