Okanokam
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« : 13 de Junio 2006, 14:03:13 » |
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El campeón Alonso bailó la conga por su primer título en Brasil con 117 puntos. Este año, y después de sólo ocho carreras, el asturiano lleva 74. Un ritmo infernal que le coloca a sólo 43 de la cifra que le sirvió para culminar un hito histórico. La lógica dice que puede alcanzar su segunda corona sumando entre 45 y 50 más. Con cien en juego el margen es muy interesante. Lleva más de una victoria de ventaja a sí mismo sobre 2005 (15 puntos más) y supera a Schumacher por 23. Después de Canadá, en 2005 Kimi se encontraba a 22. El momento dulce de Fernando, que no ha cometido ni un solo error en todo el año (la temporada pasada se chocó con el muro de Montreal) y la alta profesionalidad de Renault, que no ha errado con las ruedas como pasó el año pasado en Mónaco, son las causas de que el asturiano volador vaya lanzado de nuevo a lo más alto.
Además, podría permitirse terminar todas las carreras segundo hiciera lo que hiciera Michael. Los 20 puntos que le arrebataría el Kaiser le dejarían subcampeón del mundo a tres del ovetense. Lo asombroso del caso es que la distancia con Schumi en las carreras en las que lo bate con aparente claridad no es tan grande. Los trece segundos que le sacó en Silverstone sólo son 2,2 décimas por vuelta. Es decir, lo que pone Fernando sobre el resto de figuras. Y eso en una pista perfecta para el R26 (eficacísimo por su diseño en las curvas rápidas) y con unos neumáticos superiores a los Ferrari. El heptacampeón bate siempre sin problemas a Fisichella, y ésa es la señal clara de dónde está el R26.
El año pasado por estas fechas comenzó el declive deportivo del R25. Con la política de evolucionar lo justo, ya en Canadá los McLaren fueron superiores. En Francia, la pista de casa, hubo un empate técnico, aunque Raikkonen salió retrasado por una avería. Y en Alemania, Kimi iba líder destacado hasta que su motor se rompió. Salvo en China, la segunda mitad del Mundial fue claramente de McLaren. El temor de Fernando, y por eso lanza la voz de alarma, es que Ferrari no se rompe. Y sabe que, quizás salvo en Francia, Michael puede vencer nueve de las diez últimas pruebas. Ahí ya no hay margen para el error humano, que puede llegar. Pese a todo, Alonso no es infalible.
Canadá y EEUU, las dos próximas citas, son en teoría terreno abonado para el triunfo rojo. Pistas que exigen un gran motor y una altísima velocidad punta, las dos mejores cualidades del 248. En las pruebas de Barcelona, y a igualdad de carga, Schumi era 14 km/h más rápido que el mejor Renault. Después llegará Magny-Cours, donde por lógica Michelin será superior y Renault volará. O debería, porque el trazado francés, de carga media, es más propicio sobre el papel para el 248. De las siete últimas carreras (de Alemania a Brasil) cuatro son especialmente buenas para Ferrari, salvando Hungría y Brasil para Renault. Y el equilibrio en China. Seis de diez. Y más si las carcasas que Bridgestone ha preparado para el calor son tan buenas como anuncian.
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