
Un buen día Luisito llega a casa de sus abuelitos.
Cuando está en el jardín logra ver a una lombricita que se asoma por un orificio y sale por su comidita.
Su abuelito lo observaba y le reta diciéndole:
Luisito, si logras sacar a esa lombricita de ese orificio, te doy $ 100.00 pesos.
Entonces, Luisito se avoca a sacar a la lombricita del orificio del jardín, resultando todo su esfuerzo nulo, al ver su abuelito su esfuerzo, le dice que se dé por vencido, a lo que Luisito le replica y le dice que le espere un momento, ya que necesita subir a la recámara de su mamá por el aereosol de cabello.
Su abuelito no se explica dicha necesidad, sin embargo, queda en espera de Luisito.
Toda vez que Luisito llega al jardín con el aresosol en la mano, se acerca al orificio y espera pacientemente a que se asome la lombricita, dado el momento, la rocía de aeresol, logrando una absoluta rigidez de ésta, con lo que logra sacarla con suma facilidad y victorioso se la muestra al abuelo, quien no tiene más remedio que cumplir con su apuesta.
Al día siguiente, nuevamente Luisito visita a sus abuelos, quedando sorprendido cuendo su abuelito se le acerca y le entrga otro billete de $ 100.00, a lo que Luisito pregunta que él ya había recibido su premio el día anterior.
Su abuelito le responde: No es mi dinero, te lo envía tu abuelita...