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... Decído crear un post ya que hablamos de uno de los aun 3 historicos.Se acabó el sufrimientoEl equipo rojiblanco sella su permanencia en Primera con un merecido y sufrido triunfo en La Coruña Los rojiblancos tuvieron que esperar al minuto 68 para lograr el gol que certificaba la salvaciónLa hora de bajar a Segunda no ha llegado. El Athletic se aseguró anoche la permanencia y salvó en La Coruña una temporada llena de angustias. En recuerdo a todo el sufrimiento dejado atrás, este partido fue todo un martirio para los rojiblancos. Excesivamente conservadores, se encontraron detrás en el marcador y condenados a jugárselo todo a una carta ante el Barcelona. El gol que garantizaba la salvación tuvo que esperar al minuto 68. El de la tranquilidad, el penalti, lanzado por Orbaiz, al 86. Mayor sufrimiento imposible. Los jugadores lo celebraron como una importante conquista, con una piña en el centro del . La historia queda a salvo. Uno de los principales orgullos del club es que, junto al Madrid y Barcelona, es el único que nunca ha jugado en Segunda A desde que echó a andar la Liga en 1928. "Es de Primera, el Athletic es de Primera", gritaban al concluir el partido con las gargantas enrojecidas los doscientos hinchas que acompañaron al equipo a Galicia. No estuvo tan claro en medio de un partido en el que el Athletic se empeñó en bailar de nuevo sobre el abismo.
El Athletic pasó una tarde maravillosa en el hotel. Arrancó mal, con los goles de la Real, Cádiz y Betis, pero en las segundas partes de los otros partidos comenzó a animarse alegremente. El placer aumentó repentinamente desde el primer gol del Zaragoza al Alavés. La jornada comenzó a rebajar su exigencia. De estar obligado a ganar, a bastarle con el empate.
Clemente vio esta opción, y con más motivos que nunca, decretó chaqueta metálica. Cinco jugadores que han sido centrales sobre el campo (Ustaritz, Prieto, en esa demarcación anoche, Murillo, Amorebieta y Lacruz). La mitad de sus futbolista de campo.
Así se explica la dejadez y las imprecisiones en el juego en el arranque del partido. El choque demostró las tremendas dificultades que sufre ese equipo para crear. Las únicas jugadas de peligro llegaban a balón parado. Así logró empatar Casas, sacando provecho de un despiste monumental de la defensa gallega, y así llegó el penalti de Sergio que Orbaiz transformó en el 1-2 tranquilizador.
La apuesta por una defensa firme hubiera sido razonable si el equipo hubiera sido capaz de ofrecer valientes contragolpes. Pero eso no ocurrió e irresponsablemente al Athletic dejó las riendas del partido en manos de un Deportivo que de repente recordó que podía agarrar un puesto en la Copa Intertoto.
El latigazo del golEl gol del Deportivo se recibió como un latigazo. Nunca la permanencia había estado tan accesible como al principio del partido. Tras ese tanto, comenzaron los sombríos pensamientos. Había que puntuar ante el Barcelona. El tanto fue obra otra vez de Arizmendi, que sólo ha marcado en la Liga al Athletic. El dispositivo defensivo se había mostrado como totalmente ineficaz. Los de Caparrós sólo necesitaron crear una jugada de peligro para adelantarse,
El Athletic era un volcán de nervios y de imprecisiones. Totalmente perdido, quedó la sensación de que desde el banquillo se dejó pasar un tiempo precioso sin tomar medidas. Clemente dio un volantazo al equipo cuando metió a Etxeberria en la segunda mitad. No había más remedio que jugársela.
La actitud del Deportivo a partir de ese momento resultó fundamental para entender el feliz desarrollo del partido. Con una actitud rayana en la dejadez, el equipo gallego se abandonó totalmente. El Athletic atacaba, más por inercia que por juego. Los de Caparrós dejaron la sensación entonces de que nunca quisieron pasar a los hechos de matar el partido.
En medio del atasco general, Casas llegó al área a rematar un córner y se encontró con que nadie le salió al paso. El Deportivo defendió en condiciones lamentables en la jugada en la que los rojiblancos empataron.
Aunque Clemente tuvo inmediatamente una reacción destinada a proteger a su equipo, al retirar a Urzaiz, el equipo no quiso caer en el mismo error de la primera parte y mantuvo su esfuerzo por atacar. Era la mejor solución para amarrar el punto tan ansiado. La apuesta ofensiva final del equipo provocó un efecto muy beneficioso.Una mano de Sergio a una falta lanzada por Orbaiz trajo el segundo gol.
Ahí comenzó la fiesta. Piña e invasión final de campo. El martirio más grande de la historia del club ha llegado al final con resultado feliz.
J. ORTIZ DE LAZCANO j.o.lazcano@diario-elcorreo.com/ENVIADO ESPECIAL. LA CORUÑA