El deseo sexual, bajo mínimos

El deseo sexual, bajo mínimos
El sexo dejó de ser tabú hace tiempo, el esquivo punto 'G' es asunto de tertulia pública, los juguetes eróticos se compran ya en grandes superficies y la farmacopea garantiza erecciones decentitas cuando la herramienta natural no responde. Las cosas debieran irnos bien en la cama a los españoles, pero el caso es que no. Lo dicen los especialistas, que se reunirán a primeros de junio en Madrid en el IX Congreso Español de Sexología. El problema no es tanto de técnica y ejecución como mental, no entiende de edades y radica allí donde nacen los estímulos, en el cerebro. Nos falla, dicen, el deseo.
A. Prádanos. Colpisa

"Cada vez hay más hombres y mujeres que no saben por qué han perdido el deseo y el interés sexual; lo malo es que los profesionales tampoco aciertan a resolver un asunto muy complejo, que afecta tanto a jóvenes como a mayores", afirma Miren Larrazabal, directora del Instituto Kaplan de Psicología Y Sexología.
A partir de esta premisa, Larrazabal, presidenta del Congreso, se atreve incluso a poner nota a la salud sexual de los españoles. "Tenemos un aprobado justito", señaló en la presentación del evento. Por un lado -explicó-, la libertad en las relaciones personales y el aumento de la información han revitalizado el interés por los asuntos de cama, "sabemos más posturas, más tipos de penetración", pero falla el punto de arranque de todo el proceso.
"Nos centramos en la ejecución y el funcionamiento sexual, queremos tener más orgasmos y si puede ser simultáneos, mejor, más y mejores erecciones, que duren más..." Todo eso es bueno, aunque sirve de poco si "falta el deseo y el juego sexual", explica Larrazabal.
Encuestas recientes pone cifras a esta abulia. Según un estudio realizado a 2.500 personas, más de la mitad de las españolas, el 53% y uno de cada cinco varones (20%) admiten no estar conformes con su vida sexual, por insuficiente o por insatisfactoria. Si hace unos años la inapetencia sexual era cosa de cincuentones, los especialistas ven pasar ahora por sus consultas "a muchísimas parejas de veintitantos que consultan este mismo tema".
Vida competitiva
Puestos a buscar razones, muchos achacan la desgana sexual al estilo de vida moderno y competitivo asumido por la mayoría de la población. Trabajar, asegurarse el futuro, pagar el piso, proporcionar una vida cómoda para la familia, educar a los hijos... demasiadas exigencias que relegan las relaciones de pareja, el contacto cuerpo a cuerpo, a puestos cada vez más bajos en la escala de prioridades.
"Hemos abandonado el interés por la intimidad, la sensualidad, la seducción, el juego amoroso la comunicación sexual", lamentó Larrazábal, y quizá ahí pueda buscarse la solución. "Tal vez la satisfacción sexual esté más en enriquecer estos temas en pareja que en el número de orgasmos y la duración de una erección. Ése es el reto de la salud sexual de los españoles", añadió.
La rareza de las caricias
Aunque la prisa y el estrés nos arrastren, es necesario buscar tiempo "para dedicar al ocio y a la pareja", aseguró Carlos San Martín, de la Federación Española de Sexología (FES). El juego, las caricias, los prolegómenos del acto sexual son relevantes aunque empiezan a ser una rareza.
Según las encuestas que manejarán los congresistas, el 45% de las parejas españolas emplea de cinco a quince minutos a los preliminares, y sólo un 14% de los consultados dice dedicarles media hora.
Sin vistas al médico
A pesar de la creciente familiaridad con estos temas, aún son pocos, sólo una de cada tres personas, los que acuden al médico en busca de soluciones a sus problemas y disfunciones. Del resto, el 35% no lo hace porque no cree que sea grave, el 17% porque no cree que sea una cuestión médica, y el 12% ni siquiera lo considera un problema. "Esto indica que la gente se adapta y vive con una disfunción", apostilló Larrazábal.
El IX Congreso Español de Sexología se celebrará del 1 al 4 de junio, y preside el comité de honor José Luis Rodríguez Zapatero. Estará abierto a especialistas y público general, ofrecerá talleres de fantasías sexuales y premios a las mejores publicaciones científicas sobre sexualidad y a relatos de corte erótico.