• Washington demanda en Moscú a sus aliados la imposición de sanciones al Gobierno de Teherán
• Ahmadineyad preside un desfile militar y promete "cortar las manos" a quienes agredan a su país
EL PERIÓDICO
WASHINGTON / MOSCÚ / TEHERÁN
Todas las opciones, incluso un ataque con armas nucleares tácticas contra las instalaciones atómicas iranís, están sobre el tapete. Así lo quiso subrayar ayer el presidente de EEUU, George Bush, justo el día en que representantes de seis potencias mundiales --los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad más Alemania-- se reunían en Moscú a puerta cerrada para debatir las sanciones a imponer a Teherán en el caso de que siga adelante con su programa para enriquecer uranio.
Preguntado por los periodistas acerca de si EEUU barajaba la posibilidad de un ataque con armas nucleares, el líder de la Casa Blanca respondió textualmente: "Todas las opciones permanecen sobre la mesa; queremos resolver este contencioso por la vía diplomática y trabajamos duro en ello". En los últimos días, el tono en las declaraciones de los dirigentes de EEUU respecto a Irán se ha hecho más belicista. Altos funcionarios, bajo el anonimato, han venido acusando al Gobierno de Bush de tener con Irán una política de "sólo zanahorias y no palos". "Y los iranís lo saben", criticaron dichas fuentes.
ADVERTENCIAS DE TEHERÁN Una nueva muestra de que Teherán no se toma en serio la eventualidad de un ataque militar fueron las palabras del expresidente iraní, Akbar Hachem¡ Rafsanyani, en Kuwait. "Es improbable que entren en una situación peligrosa de la cual no puedan salir", dijo. En tono ya de advertencia, un portavoz del Ministerio de Exteriores iraní pidió a los países participantes en la cita de Moscú que eviten decisiones "que puedan perjudicar a ellos mismos".
Lejos de intimidarse, el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, presidió el desfile militar del Día del Ejército y mantuvo el tono desafiante de días precedentes. Ahmadineyad amenazó con "cortar las manos" a quienes agredan a su país.
Ante la determinación de Teherán de enriquecer uranio, el Consejo de Seguridad podría responder con sanciones si hay consenso entre sus miembros. La Agencia Internacional de la Energía Atómica tiene hasta final de mes para certificar si Irán cumple o no con las exigencias de la comunidad internacional. Nada oficial trascenderá del contenido de los debates confidenciales celebrados anoche, en una cena en una residencia oficial moscovita, entre representantes de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad --Rusia, China, EEUU, Francia y el Reino Unido-- más Alemania.
VETO Y RESTRICCIÓN DE VISADOS Durante el fin de semana, el portavoz del Departamento de Estado, Sean McCormack, adelantó una batería de sanciones que incluyen el veto a miembros del Gobierno y la congelación de los activos financieros iranís.
La Administración de Bush estuvo representada por el número tres del Departamento de Estado, Nicholas Burns, mientras que Rusia y China enviaron a sus viceministros de Asuntos Exteriores, Serguei Kisliak y Cui Tiankai. Estos dos últimos países siguen oponiéndose, al menos de palabra, a cualquier tipo de sanción.
Las palabras cada vez son mayores en el cuarto productor mundial de petróleo. 