El City
PeterPaulistic@
   
Karma : 278
Sexo: 
Mensajes: 2.902
El Gesticulador incontrolable
|
 |
« : 9 de Abril 2006, 18:21:35 » |
|
Ha podido sorprender la ácida recepción que el PP ha dado al reajuste del Gobierno efectuado por Zapatero. Rajoy, ya en campaña -posiblemente ante la sospecha de que los socialistas pudieran estar pensando en anticipar elecciones-, combate la gestora para Marbella o la elevación de Rubalcaba al departamento de interior con parecida fiereza. Con toda certeza, al presidente del PP le costará olvidar, o no lo olvidará nunca, que Rubalcaba fue quien intervino inmediatamente después que él mismo, en la noche televisiva de la jornada electoral, para debatir la sugerencia del PP de que no se daban las circunstancias adecuadas para una jornada electoral porque el PSOE estaba jugando sucio al movilizar a sus bases ante las sedes del PP para reclamar explicaciones por el atentado del 11-M. Rubalcaba dijo entonces a los "tensos televisionarios" que este país no merecía un gobierno que le mintiera. Con toda certeza fue el último mitin de una campaña dramática, terrible, con muchísima sangre derramada y las tensiones a flor de piel.
Rubalcaba, nadie lo duda, es un personaje "de acero", que puede resultar mortífero. Y probablemente aquella noche lo fue para las últimas aspiraciones del PP; que desde el primer momento tenía claro que si se mantenía la tesis de la autoría de ETA ganaba las elecciones pero las perdía si prosperaba la hipótesis de que habían sido los fundamentalistas islámicos, como efectivamente hubo de reconocer el gobierno de Aznar mucho antes de lo que hubiera querido, a tiempo para que el elector llegara a la conclusión de que alguien había pretendido engañarle impune y vergonzosamente.
Pues bien, aquel malévolo Rubalcaba lleva dos años demostrando su capacidad de negociación y para resistir a las andanadas del portavoz Zaplana, y nadie duda de que ha sido elemento clave en el equipo de Zapatero desde el Congreso o donde se le encomiende, para "afinar" el estatuto catalán o para aproximar posiciones con la banda etarra, por igual. De ahí que Rajoy lo recibiera con cajas destempladas, "quejándose", por el contrario, de la marcha del "españolista", populista y patriota Bono... Pero, naturalmente, no es Rajoy quien tiene que hacer la lista del Gobierno. El se quedó, aquel 14-M, con la suya confeccionada y sin estrenar en el bolsillo, y ahora empieza a temer más seriamente que nunca que "su lista" jamás llegará a ser aplicada, si a Zapatero le salen bien sus grandísimas apuestas: el estatuto catalán, la tregua definitiva de ETA, la reforma territorial y constitucional, las leyes de igualdad y de dependencia, los matrimonios de homosexuales, un embajador eficaz en el Vaticano y su foto con el Papa, una ley educativa moderna y laica...
Fuente:Madridpress
|