New York, el Bronx, dia de sol, calor infernal.
Dos sujetos entran en un apartamento pequeño, caliente y húmedo, arrastrando un muchacho flaquito y debilucho por los brazos.
Adentro Big Leroy, un negro enorme, sudado, hediondo, con cara de mala gente, palito en la boca limpiándose las uñas con un machete de cortar coco.
Uno de los hombres dice:
- Oye Leroy, el jefe mandó que le cojas el culo a este sujeto... Dijo que es para que aprenda a no querer hacerse el valiente con la gente del barrio.
La victima grita desesperada e implora por el perdón. Pero Leroy apenas asiente con la cabeza ignorando los lamentos del hombre:
- Pueden dejarlo ahí en ese rincón, yo me encargo de ese hijo de **** dentro de un momento.
Cuando los dos hombres salen, el muchacho dice:
- Sr. Leroy, por favor, no me haga eso, déjeme ir que yo no le digo a nadie que Ud. me dejó ir sin castigo...
Leroy dice:
- Cállate la boca y quédate quieto ahí!
Cinco minutos después, llegan los dos hombres arrastrando otro individuo.
- Big Leroy, el jefe mandó que le cortes las dos piernas y les saques los ojos a este elemento para que aprenda a no llevarse el dinero del jefe.
Leroy con voz grave:
- Dejenlo ahí en ese rincón, que ya resuelvo ese asunto.
Poco después llegan los mismos hombres, arrastrando a un tercer muchacho.
- Big Leroy, el jefe dijo que le cortes el pito a este tipo, para que aprenda a nunca mas meterse con la mujer del jefe. Ah!, y dijo que también le cortes la lengua y todos los dedos para que no haya la mínima posibilidad que pueda tocar otra mujer en su vida.
Leroy con voz mas grave aun:
- Ya resuelvo eso. Ponlo allí en el rincón junto a los otros dos hijos de **** esos.
Cuando se retiran los tipos el primer muchacho que había llegado dice entonces en voz baja
- Señor Leroy, con todo respeto, solo para que Ud. no se vaya a confundir, yo soy el del culo,
se acuerda no...
