• El PP es irrecuperable para este Estatut, y Esquerra se aleja cada vez más de lo que aprobó el Congreso
El pleno del Congreso vivió ayer una jornada histórica al aprobar el nuevo Estatut por 189 votos a favor y 154 en contra (PP, ERC y EA), con 2 abstenciones. El debate reflejó la consistencia del bloque estatutario catalán --PSC, CiU e ICV-- y el desapego de los republicanos hacia el texto aprobado. Pero sobre todo subrayó la desconfianza de la derecha hacia las autonomías, manteniendo hasta el final una oposición apocalíptica a la reforma. Aunque en el plano argumental la discusión parlamentaria confirmó que este Estatut ni es peligroso, como sostiene el PP, ni insuficiente, como dice ERC.
MUESTRA DE REALISMO. La satisfacción de los líderes catalanes es consecuencia del esfuerzo de realismo consagrado en el acuerdo de socialistas y convergentes. Ambas partes han respetado dos principios: hacer el Estatut sin violentar el marco de la Constitución y ser sensibles a las aspiraciones del Parlament. Panorama completado por la lealtad institucional de quienes ayer votaron sí. Por eso no exagera Pasqual Maragall cuando afirma que "Catalunya tendrá lo que no ha logrado en 300 años", ni Artur Mas cuando asegura que hoy por hoy no se podía ir más allá.
ALEJAMIENTO DE ERC. Las razones aportadas al debate por los republicanos hacen pensar que es muy difícil que Esquerra se sume al Estatut, a pesar de los gestos de comprensión de otros partidos. Los cambios reclamados por Joan Puigcercós para considerar el texto como algo propio son la reivindicación de los puntos del proyecto surgido de la Cámara catalana modificados o suprimidos en la negociación. De forma especial, el sistema de financiación, cerrado antes de que empezaran los trabajos de la Comisión Constitucional, y la gestión del aeropuerto de El Prat, que ha quedado aparcada. Por ello, la esperanza de sumar a ERC al bloque estatutario en el trámite del Senado se aleja.
EL PP, DE NUEVO AL MONTE. Sólo dos días después de retomar la moderación, Mariano Rajoy volvió a la confrontación. Anunció que el Estatut supone "el principio del fin del Estado". Su dureza le llevó a poner en duda el derecho de los actuales parlamentarios a representar a Catalunya. Anunció la liquidación del Estado constitucional por incluir el término nación en el preámbulo. Era un saludo a la catalanofobia. Porque, como dice De la Vega, el Estatut "fortalece la Constitución" porque profundiza el sistema autonómico que ésta consagra. Y como no se ha hecho contra nadie, resulta exportable. Este país lo comprobará cuando se complete la reforma del modelo de Estado
Fuente: El periodico
Para unos se queda corto, para otros se pasa. Nunca llueve al gusto de todos 