Desearía ver al mundo,
alegrarse por las cosas buenas
dejando de lado las rachas malas,
olvidando todas esas noticias,
en las que las protagonistas son las balas.
Desearía escuchar a la gente,
decir que se encuentra feliz y sin preocupaciones,
escuchar a aquellos que sufren,
decir que por fin son campeones.
Desearía saborear la dulzura,
al ver todas las naciones unidas,
en un mundo donde la paz y la libertad
sean más que bienvenidas.
Desearía oler la fragancia,
de un aire limpio y sin contaminación,
el cual sería el remedio exacto,
para llegar a una cierta perfección.
Desearía estrechar con mis manos,
con las manos de otro que sienta lo mismo,
que piense que hay una salida a todo,
sin importar que tan cerca esté el abismo.
Quizás mis sentidos nunca perciban,
todo aquello que desea mi corazón,
por eso aprovecho el día que Dios me brinda,
que para mí es más que una bendición.
anónimo
