Haztamuka, creo que es durísimo decir que el PP, partido que ha puesto, contra su voluntad, claro, tantos de los muertos de estos años, pueda no alegrarse por el alto el fuego. Otra cosa es que tengan todo el derecho, creo yo, a ser muy escépticos y a decirlo. No sintonizo en líneas generales con el PP (jamás les he votado ni lo haré, aunque sólo fuera por su actitud respecto a Irak, y también por muchos motivos más) pero apelaría en un momento así a la comprensión y respeto de las actitudes de cada cual, sin lanzar tan grave y cruel sombra de duda sobre unas gentes que, insisto, entre otros pero de manera especial, han sufrido el acoso de ETA.
Ya ya,pero ¿En realidad qué busca el PP?
El PP va a llevar una estrategia de boicot a las negociaciones. Presimiblemente esta estrategia será dura y a la vez sutil. Será dura, en el sentido de que cada movimiento del gobierno que efectivamente suponga una suavización de la política represiva, por pequeña que sea, será respondido por el PP con la agitación parlamentaria y extraparlamentaria. Será sutil, en el sentido de que el PP no quiere aparecer ante la opinión pública como los "enemigos de la paz", sino tirar la pelota en el tejado del PSOE y dejarles a ellos como "los enemigos de España" y "los complices del terrorismo". Con el fracaso (provocado o no, al PP le da igual) de las negociaciones, la ultraderecha legitimaría mediáticamente su discurso de mano dura a la vez que enterraría el discurso del PSOE, intentando hacerles perder las próximas elecciones presidenciales.
Las condiciones que el presidente del PP, Mariano Rajoy, ha puesto para apoyar la "negociación" son tres: que la policía y las fuerzas de seguridad del estado continuen con su actividad "antiterrorista" (o sea, acosando manifestaciones y deteniendo militantes), que el poder judicial continue criminalizando a la IA (o sea, encarcelando activistas y manteniendo la política de ilegalización) y que la administración penitenciaria se mantenga intacta (o sea, sin acercamiento de presos y mucho menos con excarcelaciones). Es decir, que la represión continue como si tal cosa.
Para desarrollar esta estrategia el PP ya tiene puestas las bases necesarias. Su frente social, la Asociación de Víctimas del Terrorismo, ha realizado tres manifestaciones de masas en menos de dos años para derechizar a la opinión pública bajo los postulados del PP. Recientemente se realizó el III Congreso de Víctimas del Terrorismo donde el mensaje central fue la negación al "diálogo con los terroristas". Así mismo, las amenazas golpistas producidas en el marco de las negociaciones del Estatuto Catalán, reflejan el apoyo en determinados sectores del poder militar, que podrían continuar con sus amenazas en caso de que el proceso no camine por el sendero que guste al PP y al españolismo más conservador. Por último, no hay que olvidar el aumento de agresiones neonazis que vienen produciéndose a lo largo y ancho del estado español desde que el PSOE ganó las últimas elecciones. Todo esto significa que el franquismo institucional ha reactivado a sus cúpulas y a sus bases para mantener su poder político aún estando en la oposición.