Una mujer estaba acompañando en el hospital a su marido, que salía del
estado de coma en que había caido hace varios meses. Ella había
permanecido a su lado todos los días, esperando su recuperación y cuando
finalmente volvió en sí, él le pidió que se acercara y con lágrimas en los
ojos, le susurró:
- Querida: has estado conmigo siempre en las malas. Cuando fuí
despedido estabas ahí para apoyarme; cuando quebró mi negocio, estabas
ahí; cuando me dispararon, continuaste ahí; cuando perdimos la casa,
permaneciste a mi lado; cuando me detuvieron, no me fallaste; cuando mi
salud comenzó a fallar, seguias a mi lado, ¿sabes que?...
- Dime mi vida, contestó la mujer.
- Creo que me traes mala suerte, ja´****...
