• La junta que encabeza Rosell descarta salir de la estructura de la confederación de patronales
• Los patronos recriminan al presidente de la CEOE que no se haya retractado aún de sus opiniones
XAVIER SALVADOR
BARCELONA
Las patronales viven momentos de agitación. La catalana Foment del Treball reunió ayer a su cúpula para escenificar el descontento de sus bases por las declaraciones realizadas la pasada semana por el presidente de la CEOE, José María Cuevas, sobre el modo de proceder de los empresarios catalanes y la OPA de Gas Natural sobre Endesa. En el encuentro, la asociación empresarial que preside Joan Rosell decidió responder con un plante hoy y reclamar, de nuevo, que el patrón de patronos rectifique sus palabras.
No habrá ruptura, como algunos medios patronales propugnaban. La junta directiva de Foment hará evidente su malestar con Cuevas no asistiendo ni al comité ejecutivo ni a la junta directiva de la CEOE, que se reunirá hoy en Madrid. Además del plante, los patronos catalanes remitirán un comunicado al secretario general para que se lea ante los asistentes a los dos cónclaves y se incorpore al acta. "Desde el pasado día 9 ha pasado tiempo suficiente para recibir una rectificación pública por escrito, que no se ha producido, a lo que entendemos fueron inadecuadas las palabras del presidente de la CEOE, y que con ello faltó a su deber de representación de todos los empresarios españoles sin distinción", reza la nota aprobada ayer.
DENTRO DE LA CEOE
Pero, a la par que se exigió una rectificación categórica, la patronal catalana mantuvo la decidida apuesta por la confederación. "La ofensa ha sido demasiado inexplicable y dolorosa para los empresarios que representamos Fomento y la CEOE. Fuimos parte fundadora de la CEOE, el primer presidente fue un empresario catalán, y queremos seguir defendiendo dentro de la misma nuestras opiniones y propuestas con la voluntad de que sean compartidas por muchos otros empresarios españoles", concluye el comunicado.
"Romper sería muy grave", explicó Joan Canals, representante de la industria textil y empresario activista en el mensaje de renovación de la CEOE. "El empresariado está preocupado --dijo--, no se pueden dejar pasar estas actitudes".
Más optimista, el dirigente de la patronal agraria Institut Agrícola, Baldiri Ros, consideró la decisión de Foment "un punto de partida de una renovación". La CEOE de Cuevas, opinó, debe adaptarse a las nuevas situaciones y el empresariado catalán estará vigilante para ver si las polémicas manifestaciones "son un error personal o están inducidas por algún hecho. No es una ruptura, es una señal a Cuevas y a la CEOE".
Los patronos catalanes mantuvieron durante más de una hora de discusión un único e inquebrantable denominador común, según todas las fuentes: no se pueden tolerar manifestaciones ofensivas como las del máximo representante en España del colectivo. Sí que hubo, en cambio, diferentes formas de encarar las soluciones posibles. "Nadie piensa que haya que marcharse de la CEOE. No nos conviene, es la única patronal que hay. No hay que salir", explicó Eusebi Cima, presidente de Fepyme e industrial textil. El empresario egarense admite, sin embargo, que las bases de Foment "están muy cabreadas" y "reclaman gestos contra una manera de actuar".
A la ausencia de los seis empresarios delegados por Foment para participar en los órganos de gobierno de CEOE --Antoni Abad, Joan Canals, Joan Gaspart, Joaquim Gay de Montellà, Baldiri Ros y Alfonso Vilà-- puede sumarse también la de la patronal vasca Confebask, molesta con las manifestaciones de Cuevas sobre la política antiterrorista y el papel de los empresarios en el País Vasco.
Lo que resulta evidente para los miembros de las patronales es que el encadenamiento de un atípico proceso electoral --Cuevas fue reelegido el pasado 16 de febrero tras una sorda batalla con Rosell en la que el catalán tiró la toalla-- y la polvareda suscitada por el dirigente patronal en su última aparición pública suman una crisis. "Cuevas se ha acabado de invalidar para presidirnos", sentenció ayer Antoni Abad, de la Cecot de Terrassa.
UN CAMBIO DE ESTILO
"Nada volverá a ser igual", señala Joan Pujol, secretario general de Foment, para indicar que en algunos ámbitos se aboga por propiciar que el empresariado catalán recupere su interlocución directa con las instituciones del Estado. "Ahora la tenemos por debajo de la mesa, quizá es hora de ponerla encima", asegura otro empresario barcelonés que defiende esa línea de actuación. Baldiri Ros, en cambio, es partidario de que Foment del Treball sea incluso más participativo en la CEOE que hasta ahora. "Habríamos de recuperar la presencia de antes", señala el dirigente agrario al referirse a la etapa en la que un catalán, Carlos Ferrer Salat, fue el primer presidente de la CEOE.
Fuentes de la gran patronal española se mostraron esperanzadas de que la tensión entre ambas organizaciones pueda reconducirse en las próximas horas. "Existe el pálpito en CEOE de que se arreglarán las cosas", señaló un dirigente horas antes de conocer el plante acordado por los empresarios barceloneses.
"Rectificar es de sabios" o "por la boca muere el pez" . . . 
