Mi pecho en tu espalda
Llegamos muy tarde y bromeabas
jugábamos con las palabras,
yo con tu pelo y tu cuerpo,
tus risas sonaban a eco,
en el silencio de la noche
Hicimos el amor de madrugada,
que es cuando se ama al amor
y cuando el amor de verdad, ama
Dormíamos como chicos,
hacía tanto… que no sentía el amor
Eran nuestros la noche y el día.
Desperté y te tenía tan cerca
te sentí tan cerca, que me volví
y entre sombras, te vi. Dormida,
de espaldas a mí, bella como nunca.
Me acerqué temiendo despertarte,
mi pecho en tu espalda
mis manos te abrazaban…
Sentía que tu calor me inundaba
Mis besos acariciaban tu nuca,
mis brazos entera te abarcaban
que feliz era en esos momentos
que hasta ahora se nos negaban.
Mis manos te acariciaban bajo las mantas
como aprovechándose de tu sueño
cual sigiloso guardián que abusa de su ama
recorrían gustosas tu piel suave y cálida.
Fuera, el frío invierno nos arropaba.
Cálidos besos y caricias, entrecortada
respiración, suave... y relajada,
cuerpos en paralelo, abrazados
aprovechando los minutos que teníamos
asignados, tu esperabas quieta mi siguiente paso.
Recordaba tus risas de la anterior batalla,
en silencio como siempre, reías mientras
nuestros cuerpos se entrelazaban
solo una mueca, casi un chasquido,
en tu máximo gozo, que era el mío, lo anunciaba.
Cómo te amé anoche, cuanto gocé de tu amor.
Cuanto te amo ahora, abrazado a ti
besándote tu espalda, tu hombro
medio tapado por las sábanas
besos suaves para no despertarte
seguías durmiendo, pero sonreías
eras feliz me daba cuenta, y eso me llenaba
te besé, me di la vuelta… y acurrucado te soñaba
a poco sentí que te movías hacia mí y me abrazabas
tu pecho en mi espalda, sentía vivo y cálido
tus manos recorrían la senda, ya marcada
las luces del alba me daban la espalda
y el amor renacía
entre sábanas blancas…
DF
