SOÑAR EN GRANADA

SOÑAR EN GRANADA

Al perdernos por sus calles solitarias,
yo quisiera que en Granada me besaras.
Que a tu paso se encendieran luminarias,
con ramitas de romero y de aulagas.

Tú serías por la luna agasajada,
reposando en el jardín de Lindaraja
con nenúfares de escarcha y de alborada

Yo, del Darro, sacaría mil alhajas,
de odaliscas, en sus aguas, reservadas
a las niñas que al amar las liberara.

Tú abrirías los jazmines que dormitan
en los cármenes morunos de la Alhambra
negándole a las abejas, el néctar que solicitan.

Yo me arranco entre claveles, una zambra,
corolario del amor que en mí se agita,
prisionero de tu encanto y tu hermosura.

Tú verías cortejarse ruiseñores,
contagiados del clamor de esta locura
que es tenerte, que es morir del mal de amores.

Yo te haría, de arrayanes, la almohada,
sobre lechos de algodones y de albahaca,
cuatro esquinas de placer, mi enamorada.

Tú serías por la aurora coronada
con las flores de granados y cerezos
que a la sierra les donó su madrugada.

Yo pondría en tus mejillas dulces besos
con mensajes de mi amor apasionado
y sabrías del calor de mi mirada.

Tú serás, porque sí, la más hermosa
de las reinas que han gozado de Granada.
del jardín de mi pasión, eres la rosa.

Yo presiento que desborda mi ilusión
Y me siento la persona más dichosa.
¡Qué placer es compartir tu corazón!

F. González