La luz se filtra por entre las persianas...
dándole un aire extraño a las formas
tu pelo refleja luces de colores…
Solo tú me ves entre las tinieblas
tu piel es pálida y sonrosada tras los rayos de sol…
que se cuelan entre las lamas,
fugaces focos que iluminan tu desnudez
velándola al mismo tiempo
surges entre luces avanzando despacio...
atravesando las tablas que dibujan los haces
dame la mano sugieres, extendiendo la tuya
cruzando las luces del amanecer
tomando las mías entre las tuyas
cerramos un círculo tan cálido
que se empañan los cristales.
Abrazado a ti, tu cuerpo al mío, se extrañan
las sombras casi chinescas que se unen y entrelazan
en las paredes desnudas de la estancia.
Ávido de tus besos cierro los ojos
todo se transforma en un sueño maravilloso
que deja casi ciegos los ojos del alma
de tanta luz interior que emana tú ser…
el calor inunda mi cuerpo desde dentro
quemándome los labios al salir hacia ti,
ardiéndome las sienes con febriles temblores…
te atenazan mis manos que te recorren con deseo
surgen sudores fríos tras la nuca…
parece que adivinaras mi desasosiego
y me das un beso dulce como la miel
aún más ardiente que el fuego,
pero que calma mis dudas y temores.
Los ojos se acostumbran a la penumbra,
te veo en tu desnudez llena de vida, plena de amor
los rayos de sol se entrelazan con nuestras sombras…
Nuestras siluetas se alargan en el suelo
hacia esas paredes, por manos recias encaladas,
entre nuestros cuerpos no cabe la luz
seguramente ni el aire pasa, todo es unión y abrazo
se van lentamente fundiendo en un solo ser
rodeado de luces extrañas que añaden notas
embriagadoras de tanto sexo y tanta pasión,
tanto beso ardiendo, carne quemándose sin arder
besos de amor, entre tanto querer,
que hermoso es amar y ser amado.
Al descender nuestros cuerpos, los haces de luz,
se van llenando con miles de motas de polvo,
que iluminados, parecen flotar ingrávidos
DF
