Ayer estuve viendo la película de Juan Antonio Bardem “Siete días de Enero”. La he visto varias veces, y aún me impacta aquel asesinato de los Abogados Laboralistas de Comisiones Obreras el 24 de Enero de 1.977, tal vez porque fue un punto de inflexión en la historia de nuestra democracia.
Recuerdo aquella época: apenas tenía 13 años, y cuando salíamos del colegio veíamos a los militantes sindicales de Comisiones Obreras como repartían, a escondidas en las esquinas de las calles, el diario “Mundo Obrero”, a veces bajo la lluvia, otras con un frío insoportable, algunas soportando el extremo calor de mi ciudad (Córdoba), y muchas tenían que salir corriendo a esconderse por la llegada de la Policía Armada y su situación de ilegalidad. Como chicos, nos acercábamos y bromeábamos con ellos, porque vendían el periódico diciendo “¿le interesa el Mundo?.. y claro, nosotros no entendíamos bien aún, y nos reíamos de esas frases… “claro que nos interesa el Mundo”.. decíamos nosotros, como chiquillos que éramos y no captábamos aun ese mensaje y la situación por la que pasaban estos trabajadores y trabajadoras que no pedían más que defender sus derechos laborales y que pedían amnistía para presos políticos, libertad y participación en la vida social.
Ayer, al verla, mi piel se erizó de nuevo, más aún cuando ahora comparto tantas y tantas inquietudes en el mundo laboral y sindical… y creí que era justo recordar con un poema a esas personas que nos han dejado un legado de libertad que jamás podremos pagar…. Y aquel entierro de los abogados asesinados fue, en mi humilde opinión, la mayor lección de democracia y de civismo que ha podido contemplar la España Post-Franquista…. Las calles de Madrid tomadas por una multitud silenciosa, con militantes del PCE y CC.OO aún en la clandestinidad, que expresó su dolor y su rabia sin el más mínimo incidente.
TU PRESENCIACorres, te escondes.
El corazón se agolpa en tu garganta,
el refugio siempre en la oscuridad,
en lúgubres locales inundados de humedad.
Rostros impregnados de carbón,
manos viejas bañadas en grasa
madres que lloran de rabia,
meses que nunca acaban.
Ilusiones construidas con sudor,
imprentas con la voz mutilada,
calles vacías de libertad,
avenidas del miedo.
¿Qué puedo comprender yo,
si cada noche tengo un plato en mi mesa,
si cada noche me arropas en mi camita,
si tus ojos siempre me miraron igual?
¿Qué sucede ahí afuera?
¿Por qué te preocupas?
¿Por qué no duermes?
¿Cuándo vuelves a casa?
En medio de la multitud
apareces, libertad.
En mitad del bullicio
siempre estabas tú.
Dibujé tus ojos cansados,
acaricié tu carita,
y te di el beso que nunca pude,
y te dije que te echo de menos.
A Juan Alonso Herencia y a Carmen Jurado….. Seres libres.(Juanfran-Rask 26/01/06)