Como muchas veces ...........las cosas no son lo que parecen
Que veais gente uniformada no quiere decir que veais soldados dispuestos a luchar
Un Guardia Civil un Municipal y un Zipayo usan uniforme pero no son soldados ninguno de ellos
Y si a eso sumamos que lo dice una Television ......pues ya esta el lio organizado
Viva la informacion
Tokio, 30 de julio 2.005 . Casi 10 mil pacifistas japoneses, entre ellos el premio Nobel de Literatura 1994, Kenzaburo Oé, se congregaron este sábado por la tarde en Tokio para defender la Constitución pacifista del país, que el gobierno conservador desea modificar.
"Espero que podamos hacer dar marcha atrás al actual intento de revisión de la Constitución", estimó Oé, de 70 años, ante los cerca de 10 mil militantes pacifistas reunidos en una gran sala de conferencias en Tokio.
"Estoy animado por el apoyo entusiasta del pueblo japonés", agregó antes de decir: "creo en el fondo de mi corazón que es legítimo dedicar este tipo de reunión al artículo 9 (de la Constitución) que debemos proteger".
Los pacifistas quieren preservar el artículo 9 de la Constitución, promulgado durante la ocupación estadunidense en 1947, que estipula que Japón renuncia al empleo de la fuerza y a las fuerzas armadas (de hecho, el ejército nipón tiene el nombre de "fuerzas de autodefensa").
Una cláusula muy polémica que impide al ejército nipón participar en misiones de seguridad colectiva, como en Irak donde sólo opera, gracias a algunas contorsiones semánticas, en un marco "no combatiente y humanitario". Una mayoría creciente de japoneses, según sondeos, es favorable a una revisión de la Constitución que autorice formalmente al archipiélago poseer una verdadera fuerza militar, aunque muchos siguen apoyando dicho artículo 9.
El encuentro del sábado ha sido organizado por la Asociación de Defensa del Artículo 9, fundada por nueve personalidades japonesas, entre ellas Oé, con el fin de defender el principio de no beligerancia.
Un puñado de nacionalistas gritó consignas hostiles desde furgonetas estacionadas en el exterior del recinto del centro de conferencias, donde se celebraba la reunión pacifista. En octubre próximo, está prevista una nueva reunión organizada por la Asociación de Defensa del Artículo 9 en Niigata, en el norte de Tokio.
El primer ministro japonés, el conservador Junichiro Koizumi, ha pedido a su formación, el Partido Liberal-Demócrata (PLD) que presente una enmienda a la ley fundamental para noviembre, lo que podría abrir la vía para un referendo constitucional.
Una revisión "sensata", según Koizumi, que permitiría a los soldados nipones desplegados en el extranjero poder defenderse.
Un influyente panel parlamentario recomendó la primavera pasada que Japón se dotase de un verdadero ejército. El panel preconiza que la nueva Constitución contemple el principio del rechazo a la guerra, pero reconozca el derecho de autodefensa del ejército japonés.

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Hoy en Enero siguen en situacion parecida
Japón reveló la semana pasada los últimos detalles de su nuevo Programa Nacional de Defensa, que señala a China y Corea del Norte como amenazas a su seguridad nacional y exhorta a una ”capacidad multifuncional y flexible” de sus tropas para enfrentar nuevos problemas, como las amenazas terroristas y los ataques con misiles. Además de aumentar el número de sus Fuerzas de Autodefensa de 145.000 a 148.000, el gobierno anunció planes para desarrollar un amplio programa de misiles en forma conjunta con Estados Unidos, una medida que convertirá a Japón en una potencia asiática en materia de tecnología militar.
El primer ministro Junichiro Koizumi también extendió el despliegue de 600 miembros de las Fuerzas de Autodefensa en Iraq por un año más, para reforzar la seguridad de las elecciones del 30 de enero en ese país ocupado por Estados Unidos y sus aliados. ”De una fuerza disuasiva a una que reaccione” es la consigna de la Agencia de Defensa de Japón, declaró a la prensa su jefe, Yoshinori Ono.
Ono encabeza un plan quinquenal de desarrollo militar que flexibilizará las exportaciones de armas y convertirá las actividades de mantenimiento de la paz en su principal misión entre el año fiscal 2005 y el 2009. Se prevé que las reformas legales necesarias se presentarán a la Dieta (cámara baja del Parlamento) para fines de enero. También está en discusión una reforma constitucional que habilite la actividad militar en el exterior, una medida que le permitiría a Japón obtener un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas, con poder de veto.
El artículo 9 de la Constitución fue impuesto por Estados Unidos al final de la segunda guerra mundial, y por él Japón renuncia al uso de la fuerza en conflictos.
Japón participa en misiones internacionales de paz y actualmente tiene tropas desplegadas en Irak, pero su Constitución limita su capacidad militar. La revisión del Artículo 9 es un asunto muy polémico entre los japoneses. La norma prohíbe a Japón tener un ejército, aunque esto fue reinterpretado para permitir la formación de las Fuerzas de Autodefensa. Para poder enviar tropas a Irak, a peticion de Estados Unidos, Tokio debió aprobar una ley especial. Los críticos manifiestan preocupación sobre la lenta erosión de la sociedad pacifista de posguerra, mientras que los países vecinos, que sufrieron las políticas expansionistas japonesas en la primera mitad del siglo XX, expresaron inquietud. El gabinete de Koizumi trató de ahuyentar esos miedos, diciendo que las fuerzas militares de Japón no tomarán una actitud ofensiva.
”Nuestro país, bajo nuestra Constitución, se atendrá exclusivamente a la autodefensa”, aseguró el gabinete en una declaración. ”De acuerdo con nuestra política de no transformarnos en una potencia militar que represente una amenaza para otros países, nosotros garantizaremos el control civil”, agregó.