Jorge58 (sin comentarios)
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« Respuesta #9 : 24 de Septiembre 2005, 16:12:54 » |
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El tiempo juega en contra: el reloj no ayuda en absoluto y por momentos el clima tampoco. "A esta altura las esperanzas ya están relacionadas con el milagro", admiten los encargados de buscar al científico y al militar que están desaparecidos en la Antártida desde el sábado pasado. Ayer fue posible reiniciar las tareas de rescate recién después del mediodía. Es que a la mañana el mal tiempo impedía siquiera acercarse a la grieta del glaciar Collins.
¿Aún hay posibilidades de hallar con vida al biólogo Augusto Thibaud y al suboficial de la Armada Teófilo González? "Hay que ser realistas: son casi nulas", dijo bien temprano el vocero de la Dirección Nacional Antártica, Sergio Policastro.
En ese momento, la visibilidad en esa zona de la Antártida era muy poca y por eso, después de varios intentos fallidos de acercamiento al lugar, se tomó la decisión de suspender cualquier intento de búsqueda.
La situación cambió pasado el mediodía. Así, entre las 12.20 y las 13.10, los especialistas llegaron en tres vuelos de helicóptero. El objetivo: volver a bajar a la grieta y realizar excavaciones para dar con los dos desaparecidos.
Los seis militares argentinos —a los cuatro que trabajaron toda la semana se sumaron otros dos— llegaron directo hasta la grieta en tres vuelos que los dejaron a 50 metros del lugar de búsqueda, y no en el montículo donde habían estado aterrizando hasta ahora.
Los vuelos fueron posibles gracias a las buenas condiciones climáticas: sol, mucha visibilidad, viento leve y temperaturas de cinco grados bajo cero. Si bien en las primeras incursiones los rescatistas bajaron hasta 130 metros, ayer llegaron a los 50 metros. Justo allí se armó un puente de nieve, en el cual suponen que están atrapados los dos hombres.
Los militares llegaron desde la base antártica chilena Presidente Frei con el equipo necesario para "permanecer allí el tiempo que se pueda y sea necesario para encontrar a los hombres. Hasta ahora no se pudo encontrar ni a los desaparecidos ni a la moto en la que viajaban. Sólo se detectaron rastros", aclaró Policastro.
La grieta donde estarían Thibaud, investigador de la Universidad de Luján, y el suboficial González, tiene un ancho de unos cinco metros y una profundidad de unos 130. Pero a 50 metros se armó un puente, cubierto de nieve y bloques de hielo. "El jefe de la patrulla cree que los dos hombres están atrapados allí adentro", explicó a Clarín el coronel Mario Dotto, segundo comandante Antártico del Ejército.
Por eso ayer se detuvieron en ese lugar. Dotto detalló cómo fueron las tareas de rescate: "Están bajando de a dos rescatistas por vez. Llegan hasta el puente de nieve que está a 50 metros y tratan de abrirlo con picos y palas". Los hombres se van sujetando con clavos de hielo a los bordes de la grieta, y también van atados con cuerdas. Mientras, los otros cuatro militares esperan sus turnos en la superficie.
La intención era permanecer allí, inclusive durante la noche si el tiempo lo permitía, y así poder continuar hoy con la búsqueda. "Es que es un trabajo de al menos dos jornadas", estimó Dotto ayer. El equipo iba preparado para quedarse, inclusive hasta mañana si fuera necesario. La idea era pasar la noche en el campamento base que se armó para la búsqueda a cuatro kilómetros de la grieta.
El drama empezó hace justo una semana. El sábado pasado, Thibaud y González iban en una moto de nieve desde la base uruguaya General Artigas hasta la base argentina Jubany. En algún momento los hombres cayeron en la grieta del glaciar Collins. Según los rescatistas, en la caída la moto fue rompiendo sucesivos puentes de nieve y entonces los hombres habrían quedado sepultados a unos 50 metros de profundidad. Un gran temor es que la moto haya caído después de ellos, ya que pesa 400 kilos.
Ayer la búsqueda terminó a las siete de la tarde. Seguirá hoy, siempre y cuando el errático clima de la Antártida lo permita.
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