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La pesadilla de LOBA SOLITARIA
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« Respuesta #52 : 20 de Agosto 2005, 18:38:14 » |
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Familiares y autoridades despiden a los 17 soldados muertos
MADRID, 20 (EUROPA PRESS)
Los Reyes de España, los Príncipes de Asturias, el presidente del Gobierno y representantes de la clase política y militar despidieron hoy a los 17 soldados muertos el pasado martes en la localidad afgana de Herat durante una ceremonia solemne y de tintes patrióticos en la que no faltaron las muestras de dolor de los familiares y de los más allegadas a los fallecidos.
El acto tuvo lugar en el Patio de Armas del Palacio de Buenavista, sede del Cuartel General del Ejército de Tierra, entre fuertes medidas de seguridad y una abundante presencia militar, entre ellos algunos de los compañeros de los fallecidos y del otro helicóptero español que se vio obligado a efectuar un aterrizaje de emergencia y en el que resultaron heridos varios soldados españoles.
Tras la misa oficiada por el arzobispo castrense, Francisco Pérez, los 17 militares muertos en el accidente de helicóptero recibieron, a título póstumo, la Cruz del Mérito Militar con distintivo amarillo, colocada sobre los féretros por el propio Rey.
Entre las autoridades que asistieron a este funeral de Estado se encontraba el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, los ministros de Defensa, Justicia y Exteriores, José Bono, Juan Fernando López Aguilar y Miguel Ángel Moratinos, y los presidentes de las comunidades autónomas de los acuartelamientos a los que pertenecían los fallecidos: Esperanza Aguirre (Madrid), Emilio Pérez Touriño (Galicia) y Manuel Chaves (Andalucía).
Por parte del PP acudió su presidente, Mariano Rajoy, acompañado por el secretario general del partido, Angel Acebes y por el portavoz parlamentario, Eduardo Zaplana. La delegación socialista estuvo encabezada por José Blanco y Alfredo Pérez Rubalcaba y de IU asistió su coordinador general, Gaspar LLamazares. También hubo representantes de otras formaciones políticas, como Luis Mardones, de Coalición Canaria, y Joan Puig, de ERC.
LA CERCANÍA DE LOS REYES.
Sobre las 9.15 de la mañana comenzaron a llegar al Cuartel los coches fúnebres con los restos mortales de los 17 militares fallecidos en Afganistán. En el patio del Palacio de Buenavista, presidido por los emblemas de las armas del Ejército de Tierra, estaba toda preparado para el funeral.
Hacia las 9.30 horas hizo aparición en el patio el Regimiento Inmemorial del Rey Número Uno, que portaba la bandera española. Poco después comenzaron a llegar los familiares, con el dolor marcado en sus rostros. Se calcula que asistieron unas 200 personas allegadas a las 17 víctimas del siniestro y, aunque había numerosas sillas dispuestas para que siguieran la ceremonia, fue necesario sacar algunas más.
Las autoridades invitadas al funeral hicieron acto de presencia de forma escalonada. Uno de los primeros en llegar fue el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón. Con casi todo dispuesto ya en el patio del Palacio, y entre un fuerte viento y un silencio absoluto, sólo se esperaba la llegada de los miembros de la Corona, del presidente del Gobierno y del ministro Bono para dar comienzo al solemne funeral.
Pasadas las diez, hora prevista para el comienzo de la ceremonia, entraron en el patio el Rey y el Príncipe Felipe, ambos vestidos de militar, junto a la Reina Sofía y la Princesa de Asturias, las dos de riguroso luto. Los cuatro intercambiaron abrazos y palabras con los familiares de las víctimas antes de tomar asiento a uno de los lados del altar que se había dispuesto para oficiar la ceremonia religiosa.
Minutos después, con la marcha fúnebre resonando en el Palacio de Buenavista, hacían aparición los féretros de los 17 militares fallecidos, sostenidos por sus compañeros y con la bandera española cubriendólos casi por completo.
Tras colocarlos en el centro del patio, dio comienzo el oficio religioso con la lectura de un mensaje del Papa Benedicto XVI, en el que expresaba su dolor por la muerte de los soldados españoles y transmitía palabras de consuelo a los familiares.
"VIGILANTES DE LA PAZ".
El arzobispo castrense, Francisco Pérez, tomó entonces la palabra, destacando la "valentía" de los soldados muertos y su trabajo en favor de la paz. "Han sabido entregar su vida como vigilantes de la paz", aseguró. Pérez quiso que su homilía fuera un "canto de agradecimiento a la vida" y no dudó en citar las palabras que uno de los fallecidos le dijo a su madre para animar a los familiares allí congregados: "Si aguna vez muero, no te apenes y sigue siendo feliz".
Durante la misa, se leyeron dos veces los nombres de los militares muertos, un momento de especial dolor para los familiares. Hacia las 11.00 concluía la ceremonia religiosa y comenzaba el acto de imposición de medallas. El Rey fue el encargado de colocar la Cruz al Mérito Militar con Distintivo Amarillo sobre los féretros de los fallecidos.
Tras la entrega de condecoraciones se celebró un breve acto de homenaje a todos los que han dado su vida por España. Se entonó entonces "La muerte no es el final", la canción fúnebre militar por excelencia, que concluyó con una salva de disparos de algunos miembros del Regimiento Inmemorial. Después se interpretó el himno nacional y una nueva marcha fúnebre acompañó la salida de los féretros del patio del Palacio.
Una vez concluido el acto, los Reyes, los Príncipes de Asturias y el presidente del Gobierno abandonaron la sede del Cuartel del Ejército de Tierra. Poco después lo hicieron los familiares, que recibieron el aplauso de los militares presentes en la ceremonia.
En la calle, en la entrada que el Cuartel tiene en Alcalá, numerosos curiosos, algunos portando la bandera de España con crespones negros, se congrebaron para recibir, entre aplausos, a los militares que habían participado en el funeral.
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