Yo seré el soso y pensaré en la noxe que no tendría sexo.

Me llevaría a es amiga que quiero tanto a los acantilados de la península de San Juan de Gastelugatxe, un lugar precioso que hay entre Bakio y Bermeo. No he visto jamás atardeceres tan bellos como desde estos dos sitios.
Sería en Junio, con una buena temperatura. Me llevaría dos botellitas de un Reserva de Campoviejo y papeo preparado a base de salmón e ibéricos. Entre trago y trago, daría rienda suelta a mi vena loca, y mientras empieza el descojono, veríamos atardecer sentaditos dándole al Reserva. Una hora más tarde ya podría sacar los prismáticos 12X y podríamos empezar a buscar las Pléyades y abrir la segunda botella. Me gustaría acariciarle el pelo a esa persona, y hacerle ovillos en el pelo. Caricias por la cara. Sencillamente. Según anocheciera y se acabra la segunda botella,ya no habría forma de contar más estrellas. Sería el momento de bajar a bañarnos en pelotillas a la luz de las estrellas. Y de paso, de despejarnos el vino. Luego cogería una toalla enorme y nos secaríamos, y me quedaría dormido oyendo el murmullo de las olas, que en aquel sitio son especialmente violentas, apoyados el uno sobre el otro. Pa mí, que no sería difícil conciliar el sueño.
Quizás no hay sido especialmente original, ni haya trasladado las imágenes que tengo en la cabecita, pero de verdad que sería una noxe especial. es un lugar precioso, y la vista espléndida.
Ta la siguiente apañeros!