Impresionante incendio en el edificio Windsor de Madrid

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El edificio Windsor será demolido "planta a planta" en un plazo de seis meses

El perímetro de seguridad establecido por el Ayuntamiento en torno a los restos impide el acceso a un tercio del distrito financiero de Madrid

La demolición del edificio Windsor, arrasado este fin de semana por un incendio, requerirá en torno a seis meses, porque tendrá que realizarse "muy poco a poco" para no poner en peligro los inmuebles que se encuentran a su alrededor, según explicó la familia propietaria del rascacielos.

Mónica Reyzábal, hija del propietario del edificio Windsor, indicó que la demolición del rascacielos se efectuará "planta a planta", puesto que la cercanía de otros inmuebles, especialmente el de El Corte Inglés, impedirá que se utilicen cargas explosivas. Respecto al estado del rascacielos, explicó que personal de mantenimiento del edifico entró esta mañana en el inmueble junto con los bomberos para cerrar unas válvulas de agua que estaban inundando los bajos.
Apuntó que los responsables de la inmobiliaria Ason, sociedad presidida por Florentino Reyzábal y propietaria del edificio Windsor, están reunidos en "junta extraordinaria" para valorar la situación. A este respecto, añadió que el propietario del edificio Windsor se puso en contacto ayer mismo con la aseguradora del rascacielos, Allianz, para iniciar "todo el papeleo", aunque reconoció que se trata de un "tema delicado" que también llevará "mucho tiempo", por lo que no quiso desvelar la cuantía de la póliza y su cobertura.
Las compañías que componen la mayor corporación reaseguradora de España, el Pool de Grandes Riesgos, valoraron el edificio Windsor en 84,2 millones de euros a finales de 2003. Además, los ingresos que dejaría de percibir su propietario en caso de siniestro en concepto de alquileres se habían cuantificado en 12 millones de euros.

Perímetro de seguridad

Por otra parte, el perímetro de seguridad establecido por el Ayuntamiento en torno a los restos calcinados del edificio Windsor impide el acceso a un tercio del "distrito financiero" de Madrid, aunque el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, ha propuesto prolongar hasta el miércoles las restricciones de entrada a esta zona. La noche ha transcurrido con relativa calma en el perímetro de seguridad establecido en torno al rascacielos, devorado por un incendio iniciado en la medianoche del sábado, y que no fue extinguido hasta última hora de la tarde de ayer, dejando la estructura de 32 pisos en situación de equilibrio inestable, y con riesgo de derrumbe.
El fuerte viento, que ha alcanzado durante la madrugada los 50 kilómetros por hora, propició la caída de cascotes y restos de la estructura, que se acumulan especialmente sobre el piso 17, donde una estructura de hormigón que divide en dos el edificio hace de sostén para innumerables restos de estructuras que se vinieron abajo de los pisos más elevados durante el incendio.
Sin embargo, la débil lluvia registrada y la temperatura, que bajó de 3 grados, han contribuido afortunadamente a un rápido enfriamiento que contribuye a restar posibilidades a que se produzca un colapso del edificio y que los técnicos puedna acceder antes al interior para valorar su estado, informaron a Europa Press fuentes de Emergencias 112.

Calles cortadas

Durante la noche permanecieron en la zona seis vehículos de Bomberos con unos 40 efectivos. Por seguridad, se mantienen cortadas las calles de Orense, Raimundo Fernández Villaverde, Agustín de Bethancourt y el túnel de Azca. Esta situación provocaba a las ocho de la mañana fuertes retenciones de tráfico en rutas aletrnativas establecidas en la zona, especialmente en el eje Cea Bermúdez-José Abascal, y en Joaquín Costa, donde todos los vehículos debían desviarse a Castellana.
Asimismo, seguían cortadas en esta zona las líneas 1, 6 y 10 de Metro, y las Cercanías de Renfe entre Atocha y Chamartín. Buena parte del distrito financiero AZCA se mantiene cerrado al acceso del público y unos 10.000 trabajadores no puedne acudir a su puesto de trabajo por encontrarse dentro de perímetro de seguridad en torno al edificio.

"Situación crítica"

El director de Bomberos del Ayuntamiento, Merardo Tudela, informó de que el fuego está extinguido y que lo que preocupa es el estado estructural debido a las altas temperaturas a que estuvo sometido, por lo que la situación "sigue siendo crítica". La imposibilidad de traspasar el "cordón de seguridad" obligará a cerrar a decenas de comercios y a centenares de empresas, a la vez que impedirá a miles de trabajadores acudir a sus empleos en la zona de Azca y dificultará el tráfico por el corte de varias calles.
A parte de las compañías con sede u oficinas en el Edificio Windsor, como la auditora Deloitte, el bufete de abogados Garrigues, Elecnor o la inmobiliaria Ason, propietaria del rascacielos, también se verán afectadas las empresas que trabajan en el Edificio Bronze o en el Edificio Trieste, que pertenece a la aseguradora Estrella. Tampoco podrá abrir sus puertas el centro comercial de El Corte Inglés en Raimundo Fernández Villaverde, donde trabajan alrededor de 2.000 personas, y otros establecimientos de la calles afectadas, como Mango, Burger King, Rodilla, Starbucks, The Phone House o Milano.
Esta noche permanecerá en la zona un dispositivo de prevención integrado por seis vehículos y 40 bomberos, además de una pequeña instalación para refrescar la zona ante los 'chisperos' que surgen, ya que las 48 horas siguientes a la declaración del incendio son decisivas para la estructura del inmueble.

AGENCIAS /MADRID