Mientras Borja Mari succionaba mi polla, vi como Camilo volvia al salon, y sentado sobre sus patas observaba lo que sucedia.
Julia, le comia las tetas a Mari Pili, mientras esta, en un esplendido sesenta y nueve le comia el coñito, y se retorcia de placer.
Hubiera pagado por saber lo que pensaba Camilo.

Sintiendo piedad y compasión de Borja Mari, y a petición de Julia, que le miraba con car de ternura, quizá recordando viejos tiempos, le desate, y rápidamente se puso a comer también los bajos de Julia.
Mari Pili, ávida de acción subió a horcajadas a Borja Mari, metiéndose el rabo de este, con una estocada certera que hizo que casi le salieran los ojos por las órbitas a Mari Pili. Lo cierto es que el elemento este calzaba un buen nabo.
Yo, que ya estaba sequito, sequito, me quede mirando la acción, mientras me sentaba en el sillón del salón. Duro poco mi descanso, pues Julia, se zafó de Borja Mari, y se vino a mis pies, y sin ninguna explicación me cogió otra vez el rabo, y empezó a chuparlo.
De tanto mete y saca y de tanto chuparlo, se me estaba quedando chato, y sobre todo rojo.
Cuando ya estaba a punto de correrme, otra vez, Julia se dio la vuelta y me ofreció su portentoso culo para que lo inseminara.
Y dicho y hecho. Al principio costó un poco, pero poco a poco, aquello se iba abriendo camino del placer.
Quien no haya visto nunca un orgasmo anal de una mujer, le queda mucho de sexo por ver. Julia, se corrió, no sin antes estremecerse y suspirar como si fuera la primera vez que llegaba al orgasmo.
Su esfinter apretó tanto mi polla que casi sentí como si me la hubiera atrapado en un cepo.
Cuando volvió en si, mi polla seguía en su culo, y yo continue bombeando, hasta que ya no pude mas, y le deje todo el semen que tenia en su precioso culo.
Del esfuerzo, ya exhausto, seguía comtemplando la escena.
Yo estaba sentado en el sillón, con Julia a mi lado.
Borja Mari, estaba ahora lamiendo el coño de Mari Pili, mientras ésta se retorcía de placer, y gemía como si estuviera poseída por el demonio. En un momento dado, Mari Pili, se corrió, y creo que hasta Borja Mari, se asusto de los estertores producidos por el fantástico orgasmo que tuvo Mari Pili.
Borja, se cogió la polla, y dándole enérgicamente al manubrio, lleno los dulces pechos de Mari Pili.
Aquellos pechos, que hace mucho tiempo había pensado que eran míos.
Camilo, vino a mi lado, le acaricie, y se puso a ronronear.
Akhesa, la seccion pervertidos espera comentarios, y continuacion de este interesante post, desde el punto de vista de una señorita.
