
Un estudio presenta evidencia de una influencia genética específica para la homosexualidad
(NC&T) La investigación ha sido conducida por la Dra. Sandra Witelson, una neuróloga en la Escuela de Medicina Michael G. DeGroote, de la Universidad McMaster, y por colegas del Centro Sunnybrook de Ciencias de la Salud en Toronto, quienes estudiaron el cerebro de hombres homosexuales y heterosexuales, empleando Imaginología por Resonancia Magnética (MRI). Tanto unos como otros estaban sanos, eran diestros (escribían con la mano derecha), y tenían entre 18 y 35 años de edad.
Hace unos diez años, Witelson y la Dra. Cheryl McCormick, entonces alumna de Witelson, demostraron que hay una mayor proporción de personas zurdas (que escriben con la mano izquierda) entre la población homosexual que entre la población general, un resultado reproducido en estudios posteriores y que ahora se reconoce como un hecho. La mano empleada es una señal de cómo el cerebro se organiza para representar diferentes aspectos de la inteligencia. Por ejemplo, el lenguaje se suele desarrollar en el lado izquierdo, y la música en el derecho. En otro estudio, Witelson y la investigadora Debra Kigar encontraron que los zurdos tienen una región del cuerpo calloso posterior más grande (la gruesa banda de fibras nerviosas que conectan ambos hemisferios cerebrales entre sí) que los diestros. Esto condujo a la hipótesis para el estudio actual: averiguar si la anatomía del cerebro del subgrupo de hombres homosexuales diestros es similar a la de los zurdos. En este estudio, se ha encontrado que la parte posterior del cuerpo calloso es más grande en los hombres homosexuales que en los heterosexuales. El tamaño del cuerpo calloso es hereditario en gran medida, sugiriendo esto que existe un factor genético en la orientación sexual, según Witelson. "Nuestros resultados no implican que la herencia sea destino, pero indican que el ambiente no es el único jugador en el campo", matiza. Aunque el hallazgo no puede ser la base de un test de orientación sexual, Witelson sí cree que puede servir para aportar datos útiles que ayuden a los individuos que están tratando de determinar su orientación sexual, y a los médicos que los asistan. En el estudio también se realizó un análisis de correlación, que incluyó los tamaños del cuerpo calloso, y una comprobación de las puntuaciones de pruebas de eficiencia en el lenguaje, en la visión espacial y en el movimiento de los dedos. "Empleando todas estas variables, fuimos capaces de predecir la orientación sexual en el 95 por ciento de los casos", explica Witelson.
Fuente:http://www.solociencia.com/medicina/07122205.htm
