Las denuncias de abusos sexuales continúan en el seno de la Iglesia
'The New York Times' acusa a Benedicto XVI de tapar abusos a 200 menores sordos
Las máximas autoridades del Vaticano, incluido el futuro Papa Benedicto XVI, encubrieron a un sacerdote estadounidense que abusó sexualmente de unos 200 menores sordos, según documentos del 'The New York Times'. La Santa Sede responde que el reverendo no fue castigado 'al estar enfermo'
Los abusos sexuales azotan a la Iglesia. Y ahora, en el centro de la diana, el Vaticano. Según informa el rotativo norteamericano, The New York Times, los máximos mandatarios del Vaticano, entre los que se incluye Benedicto XVI cuando era cardenal, encubrieron a un sacerdote estadounidense que abusó sexualmente de alrededor de unos 200 menores sordos.
La respuesta de la Santa Sede no se ha hecho esperar. Su portavoz, Federico Lombardi, ha declarado que el reverendo Lawrence C. Murphy, sacerdote de la Archidiócesis de Milwaukee, no fue castigado ya que cuando supo del caso habían pasado 20 años y el religioso estaba muy enfermo.
La correspondencia interna de obispos en Wisconsin directamente al cardenal Joseph Ratzinger, el futuro Papa, muestra que mientras los responsables eclesiásticos discutieron sobre la expulsión del cura, la prioridad mayor fue proteger a la Iglesia del escándalo, asegura el diario en su página web.
Los documentos proceden de la causa judicial abierta contra el reverendo Lawrence C. Murphy, que trabajó durante más de 20 años, entre 1950 y 1974, en una escuela para chicos sordos de Wisconsin.
El arzobispo de Milwaukee en 1996, Rembert G. Weakland, envió dos cartas informando de ello, sin obtener respuesta, al cardenal Ratzinger, que entonces dirigía la Congregación para la Doctrina de la Fe, encargada de estudiar esos casos.
Después de ocho meses, el segundo responsable al frente de la doctrina oficial católica, el cardenal Tarsicio Bertone, actualmente secretario de Estado del Vaticano, ordenó a los obispos de Wisconsin iniciar un juicio canónigo secreto que podría haber terminado con al expulsión de Murphy del sacerdocio.
Caso omiso a las víctimas
Sin embargo, Bertone paró el proceso después de que Murphy escribiese personalmente a Ratzinger diciéndole que ya se había arrepentido y que estaba enfermo.
'Sólo quiero vivir el tiempo que me queda en la dignidad de mi sacerdocio', afirmaba el cura en la carta que envió al futuro Papa cuando ya se encontraba próximo a la muerte, que ocurrió en 1998. 'Solicito su bondadosa ayuda en este asunto', añadía.
Murphy nunca fue juzgado o sancionado por la Iglesia e incluso la policía y los fiscales hicieron caso omiso a las declaraciones de las víctimas, según los documentos en poder de 'The New York Times', que los obtuvo de los abogados de cinco hombres que demandaron a la Archidiócesis de Milwaukee. En 1974, el sacerdote fue trasladado por el arzobispo William E.
Cousins de Milwaukee a la Diócesis de Superior, en el norte de Wisconsin, donde pasó sus últimos 24 años trabajando con chicos en colegios, iglesias parroquiales y en un centro de detención juvenil, según el diario.
El New York Times cita al portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, que reconoció que era un caso 'trágico', pero añadió que el Vaticano no fue informado hasta 1996, años después de que las autoridades civiles investigaran y cerraran el caso.
La respuesta del Vaticano
En medio del escándalo, Lombardi ha reconocido que Murphy 'violó la ley y, lo que es más importante la confianza que sus víctimas habían puesto en él'.
Según el portavoz, 'la Congregación para la Doctrina de la Fe no fue informada del asunto hasta aproximadamente veinte años más tarde. A finales de los años 1990, después de que habían pasado más de dos décadas, se le presentó a la Congregación para la Doctrina de la Fe la pregunta de cómo tratar el caso Murphy canónicamente'.
Matiza además que 'la pregunta que se presentó a la Congregación no tenía relación con procedimiento civil alguno o con demandas judiciales contra el Padre Murphy'.
'En tales casos - añade Lombardi - el Código de Derecho canónico no prevé penas automáticas, pero recomienda que se haga un juicio considerando la mayor pena eclesiástica que es la expulsión de estado clerical'.
Por ello, agrega, 'visto que el Padre Murphy era anciano, su salud era precaria, vivía en aislamiento y no se habían producido nuevas acusaciones en los últimos 20 años, la Congregación para la Doctrina de la Fe tomó en consideración la restricción al Padre Murphy de su ministerio y pidió que aceptase la responsabilidad de sus graves actos'.
El Vaticano resalta que el padre Murphy murió aproximadamente cuatro meses más tarde
Jo*** como esta el Clero!!!
