Que si hombre que en un campo de golf trabaja mucha gente, muchísima gente de esas que beben mucha agua potable de primera y además esos pedazos de campos de 150 hectáreas verditos por todos lados se riegan con el pipi de la gente que va allí a jugar...
Fuera de coñas vuelvo a decir lo mismo, esto es como querer hacer campos de golf en el desierto de Nevada o si me pones en el Sahara o si me pones en mitad del desierto de los Monegros porque si no hay agua para el consumo humano como narices lo va a haber para campos de golf y piscinas???
Es todo política de la más rastrera y la prueba la tienes en que cuando PP apoyo la causa murciana perdió en Navarra ganando en Murcia y en Valencia y en el caso del PSOE pues lo mismo gana en Navarra y Aragón y pierde en Valencia y Murcia...
Por cierto el Campo de Soto Grande lo he visto preparar unas cuantas de veces y un par de tíos preparan tanto las calles como los bunkers y los green puesto que usan maquinas que no requieren ni el esfuerzo humano ni mucha gente para su mantenimiento y las maquinas de green pues más de lo mismo.
En fin habrá que hacer campos de golf en todas partes para que todo el mundo tenga curro.
Por cierto la actitud del tripartito me parece de chiste al menos la de ERC ya que ellos condenaron el trasvase del Tajo al Segura pero ahora lo que ellos quieren hacer no va a ser un trasvase… lamentable.
Un saludo.
Campo de golf en el desierto de Nevada: Black Mountain Golf & Country Club.
Campo de Golf en el desierto del Sahara: Quad Golf Course (Tozeur, Túnez)
Campo de golf en el desierto de Los Monegros: "Gran Scala" (en proyecto de construcción, claro, que esto es España y ya sabemos lo que cuesta aquí construir un campo de golf por la actitud demagógica de la gente... Por cierto, no se plantea construir un campo de golf, sino varios)
Anda... parece que los campos de golf deben ser una referencia en cuanto al empleo responsable del agua ya que son capaces de mantener campos de golf construidos en desiertos...
En cuanto a la rentabilidad económica derivada de los campos de golf, existen una serie de datos altamente reveladores. Por ejemplo, si comparamos el gasto que supone el riego de una hectárea de tomates y de una hectárea de un campo de golf descubrimos que, en el caso de los tomates se emplea exactamente el doble de agua que en el segundo.
Dicho de otra forma y teniendo en cuenta las 15.000 hectáreas de superficie que ocupan los campos de golf españoles, el agua que se emplea para su riego equivale, en proporción, a menos de un 1% del agua que se emplea para el regadío, en concreto, a un 0,4%, y no veo que nadie esté criticando aquí las extensiones de cultivo de regadío que existen en España...
Además, según la ley, los campos de golf sólo pueden ser regados con agua reciclada o proveniente de pozos no potables, de manera que se evita el empleo de agua apta para el consumo.
Siguiendo la comparación anterior, se puede decir que mientras que una hectárea de regadío produce al año unos 3.000 euros, una hectárea de un campo de golf puede llegar a rentar, sumando los ingresos directos e indirectos, unos 200.000 euros.
Esta cifra se comprende mejor cuando pensamos en todas las infraestructuras que acompañan a los campos, incluyendo hoteles, viviendas, restaurantes, cafeterías, más otro tipo de ingresos que conlleva como los que se hacen en patrocinios, viajes, etc.
Como dato concreto, se calcula que un turista que pasa una semana jugando al golf gasta una media de 140 euros al día.
Teniendo en cuenta lo anterior, es fácil adivinar que el público objetivo que hará uso de este tipo de servicios tiene un perfil determinado. En concreto, se trata de personas muy aficionadas a este deporte, provenientes de toda Europa, a los que no les importa viajar en busca de las condiciones más favorables para practicarlo durante todo el año.
España en general es una zona privilegiada por su clima en la que la opción del golf se presenta como la que más posibilidades tiene de prosperar y de dar frutos en materia de ingresos turísticos. Junto con esto, cambiaría el propio tipo de turismo puesto que el golf genera una oferta con carácter propio, que se eleva por encima de la tradicional. A este turismo se le ha llamado “turismo de calidad”, lo cual significa que a la oferta de sol y playa se le añaden otros servicios y otras prestaciones de calidad altamente valoradas, y que generarían unos ingresos mucho mayores que las propias del bocata y la caña en la playa.
En consecuencia, no puedo por menos que gritar, embargado por la emoción y con lágrimas en los ojos:
¡Larga Vida al Golf!