La gente que piensa que por tener un ejercito eres mas propenso a las guerras sufre de un proceso de ignorancia tremendo.
Ahora mismo el ejercito está para todo menos para guerrear. Estamos en un siglo en el que un civil (elegido democraticamente por el pueblo) es el jefe supremo del ejercito del mundo "civilizado" y que es el que tiene el poder de apretar el boton que haga que ni siquiera al soldado de turno le de tiempo de ponerse los pantalones para combatir.
El ejercito es mucho mas que gente para la guerra, es gente para ayudar en desastres naturales, en actos de paz con zonas belicas, puestos de trabajo para miles de personas que sino pudieran trabajar ahi, estarian en el paro con el consiguiente problema para un pais.
Decir que el ejercito sobra en cualquier lugar es de ignorantes, decir que por ellos existen las guerras es simplemente una chorrada que no se la cree nadie con un C.I. minimo.

Yo además añadiría lo siguiente, sin perjuicio de que estoy de acuerdo contigo.
La envidia, la ignorancia, la avaricia y el egoísmo son atributos naturales del Ser Humano.
Una educación adecuada trata de controlar esos impulsos.
Fruto de nuestra propia condición es el ánimo de menospreciar todo aquello que no seamos nosotros mismos y nuestra propia "mismidad".
Lo que no soy yo, o no forma parte de mí, es menos importante, y además cada uno se debate bajo el imperio de la "opinión", y ninguna "opinión" está equivocada, porque cada uno es dueño de su propia opinión, y todos y cada uno de nosotros estamos plenamente convencidos de su realidad incontestable. La opinión de cada uno es el resultado de las creencias o pareceres de cada uno, plasmadas en una idea en la que se cree porque se estima justa.
Es una pelea de piedras arrojadas contra los demás en la que nadie puede perder la razón porque significaría la negación de sí mismo.
Es el absurdo de nuestra condición: No formulamos teorías, sino que vivimos de y por nuestra opinión.
A nadie debe escapárserle además otra triste realidad: Una educación correcta y humanística es patrimonio de pocos y por ende, de muchos más es patrimonio la más alta, dogmática y sublime ignorancia cerril.
Aún dentro del mundo de "los educados" subsisten necesariamente las condiciones inherentes del ser humano, y en ocasiones también las teorías más sesudas han sido banderas sostenidas por hombres cultos para exterminar a otros hombres.
No podemos escapar a nuestra propia condición: El Ser Humano es sencillamente despreciable, quedando a salvo tan solo unos muy pocos hombres y mujeres "santos".
Todos somos egoístas y mentirosos, y nuestro mal afecta a los demás en la medida en que nuestras acciones tienen mayor o menor efecto sobre esos demás interactuados. A hombres poderosos corresponden mayores males.
El ejército y las normas de la guerra son la respuesta racional y necesaria destinada a intentar controlar el salvajismo natural del hombre. Imposible tarea es anular al 100% nuestra propia condición: Los ejércitos, pues, conllevan, en ocasiones, dolor, violencia y muerte, y a veces eso es precisamente un intento de evitar un dolor, una violencia y un número de muertes aún mayor.
Desde este punto de vista: las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki evitaron un mayor número de muertes que el causado por las propias bombas, al evitar un desembarco masivo estadounidense en Japón.
Es una forma de calcular bien por mal realmente aterradora, propia tan sólo de un Ser tan abyecto y refinadamente malvado como el Ser Humano, pero no por ello resulta menos racional y adecuada por intentar evitar el exterminio masivo que iba a causar una fuerza de desembarco de cientos de miles de hombres destinados a batirse contra un pueblo (el japonés) que iba a defenderse luchando a vida o muerte por sus casas, sus hijos, sus mujeres y sus propias vidas.
El ejército es un intento, imperfecto como todo lo que hace el Ser Humano, de racionalizar, controlar y limitar en la medida de lo posible nuestra naturaleza destructiva.
A quienes desprecian la tarea civilizadora y pacificadora (incluso por medio de acciones bélicas, aunque pueda parecer--a algunos más que a otros--un contrasentido) de cuaquier ejército de la órbita cultural occidental, les recomendaría un viaje a ciertos lugares de África donde los ejércitos citados no existen (Sudán es un buen ejemplo, aunque no el único, lamentablemente), y son sustituidos por la violencia tribal armada que actúa bajo fundamentos y coartadas de índole fanático-religiosa, en el mayor número de casos.
Eso sí da miedo.
Mi agradecimiento a todos aquellos que sirven a los demás en el ejército español, ofreciendo incluso su propia vida a cambio del desprecio de los más acomodados o de los más ignorantes.
Incluso sin ser plenamente conscientes de ello, la muerte en su trabajo, por una causa noble, elimina, con su sacrificio último, todo resto de la condición miserable humana, y les convierte en Héroes; pues héroes son quienes arriesgan e incluso dan su vida por evitar el mal de los demás.
Viva el ejército español.