Canela camina descalza, se asoma pero no se acerca, quien sabe si eso que mira produzca herida. Canela recoge siembras en esquinas vacías, saluda al día aun cuando anda escondida, mira al fondo de la taza del café recien tomado, por si quedó en ella algún aliento olvidado.
Canela piensa mientras repiensa si espera, se mantiene inquieta tras sombras esquivas, trepa paredes imaginarias, sueña con lluvias tardías. Canela se sienta con un ovillo a enredar y desenredar con ella el tiempo, vive ilusiones, escucha mientras el silencio habla, mientras la lluvia aun no llega, mientras la puerta esta abierta. Canela lanza palabras que el viento se encarga de moldear en poemas, las rubrica en sueños, cuando aun está despierta.
