A veces mi espíritu atorbellina palabras…
Las destroza y revuelve sin motivos
para luego volverlas a juntar
como si de ello dependiese la vida misma de las palabras.
Habrá quien lo nombre como galimatías,
otros lo definirían como sinsentido aparente
y los más lo ignorarían sin problema
pero para alguno puede sonar un bello poema,
salido del interior de los sentimientos,
a esos, solo a ellos, van dirigidas estas líneas,
a los que sabrían extraer el zumo incomprensible de una frase
el olor imperceptible de una hoja de papel escrito
el lujo supremo del estremecimiento, de la mirada, del guiño de una muchacha,
o el sabor de un beso que nunca se recibió…
Tomar todas esas incongruencias,
mezclarlas y agitarlas suavemente
en la mente de loco fútil, de amante despreciado,
o en la caja de truenos de un borracho de amores perdidos
como si la vida se tratase de palabras nunca dichas,
reunidas en manojos de amarillentas rimas
a veces imperceptibles y otras descaradamente sonoras.
Tantas sinrazones sazonadas con sabor exquisito a moras
o de amargas catas de venenosas raíces desconocidas
que estrujan y desentrañan memorias perdidas,
corazones solitarios a despecho de aquellos que los ignoraron.
Mezclan sus vivencias en descorazonadas cartas de amor
perdidas de desesperanza unas veces, otrora prendidas de calor
sudoroso y contagioso como un constipado
solo confiadas a los mismos locos y locas del recinto solidario
del loco perdido de amor, que ya sabemos es el más cuerdo de todos,
que baila amarrado a una silla una lambada de sensuales sones
o dormita una siesta de bares arrasados en una noche de desquite…
almas gemelas que no se parecen en nada,
que juntan sus penas y recitan sus poemas deliberadamente tristes
o llameantes de ardores profundos para comunicarse con sus medias mitades
a veces desconocidas, otras tristemente perdidas para Siempre Jamás,
nombre de una tierra de la que nunca quisimos salir
y a donde quisiéramos volver, siempre de una mano amada,
y perdernos por las sendas añoradas de un cuento,
escuchado en una tarde de invierno lluvioso ya lejano,
pero nunca olvidado.
A veces mi espíritu atorbellina palabras sin sentido
Pero que sentido tienen las palabras si no es expresar lo sentido?
Para aquellos que siempre leen las palabras sin buscarles el sentido
quizás porque ni lo tiene ni hay que buscarlo, solo sentirlo.
Como cuando se nos llenan de lágrimas los ojos
ya por una frase, una imagen o un recuerdo
que sin venir a cuento nos estremece y nos emociona,
por eso, a los locos de cordura, a los amantes de amores sencillos
a los amados inconexos, o por cientos de mares separados
a los que te recuerdan cuando ya ni polvo eres,
a los que llevan años dándote la vida,
aunque esta se niegue a darte hasta la razón
van dedicadas estas palabras, que si nacieron con afán de ser sinceras
no fueron parcas, porque la mente corrió más que las manos,
pero siempre son compañeras y con esa vocación fueron expresadas,
esta tarde de primavera como queriendo darle alas al verbo, aunque no las precisa.
Dirty Face
©4/2007
