Yucateko
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« : 19 de Diciembre 2005, 17:35:57 » |
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Era la tarde, el sol estaba ardiente, caminaba la gente con su nieve en la mano, había tenido un día de mala suerte. Trampa tras trampa me acechaba, ¡estaba atormentado!.
De pronto, entre la ronda del jardín, una mujer, un ángel misterioso presente, el tic-tac, tic-tac de mi corazón sin fin, que al acercarme se hacía más fuerte.
Me pregunté cautivado entre la magia si aquello era verdadero o era otra trampa, y en vez de encontrar respuestas encontré un alma; el alma escondida que un buscador anhela.
Entonces, sin más complejos fui a ella. Su sonrisa blanca como los terrones de azúcar, mi corazón, impacto, bomba de amor que estalla, la pasión explosiva que hoy no se puede calmar.
La vi de frente y con una palabra comenzó. Serían las horas más tranquilas, más emocionantes, algo mutuo donde me dejé llevar, donde no pensé, eran mis palabras las intensas emociones candentes.
Fue una tarde donde el sol se ocultaba y la puesta del sol fue inspiración profunda, entregaba el alma, vibraba y la amaba. El amor era chispa donde no había una cita planeada.
Pablo Cerda.
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