Y los vascos y vascas, mientras, calladitos, aguardando para metérsela de lleno al gobierno central como hicieron los catalanes. España, como país, estado, nación o lo que sea, se deshoja como una margarita en comidas de alto caché, mientras los españoles (en general) seguimos pagando impuestos para todos.
Este tipo de propuestas demuestra que en este Estado no está todo correctamente situado al gusto de todos.
Y los rollos nacionaloides, como dice el buen Alka, siguen latentes y cada vez salen más en lugar de apagarse.
De nada sirve llorar las penas, y de mucho debe de servir hablar.