aplicar la justicia no quiere decir que las leyes sean justas. Saber aprovechar las leyes en el momento que realmente te son de utilidad es un arte político. Y los partidos políticos, más que ser doctos en el arte de gobernar, lo son en el estudio de las leyes para llevar tal o cual causa a su favor.
Así vamos, siempre buscando los tres pies al gato y ver por donde podemos coger al contrario.
En efecto, así vamos...
Aceptamos como cierto que la justicia conlleva la aplicación inevitable de lo miserablemente temporal y limitado.
Antiguamente las leyes y códigos se planteaban legislativamente con vocación de intemporalidad; leyes y códigos basados en principios clásicos, de los que se escribían con mayúsculas... Principios que hoy son ridiculizados en las escuelas, entre peta y peta...
Sí... Es la corrupción y muerte de los principios clásicos. Eso que ya nadie estudia porque lo fetén, lo que se lleva, es estudiar y defender tan sólo los principios de la "ciudadanía". Los principios de mi "Ciudad-Estado".
Qué miserables y ridículos son, por cierto, los nacionalismos...
¿Qué es hoy la justicia? (Siempre en minúsucula) Hoy, "aplicar la justicia" es algo adecuado a la capacidad intelectual de nuestros conciudadanos: la justicia sería entendida como: "Dar a cada uno lo suyo".
... Bien; bonito principio. Muy sencillo y claro.
Según esto, si "lo suyo de alguien" es "su derecho", se tiene que éste es "el objeto de la justicia", por lo que se requiere la existencia previa de ese derecho para realizar la acción de justicia que lo reconoce como tal.
Pero... ¿Qué ocurre si "mi derecho" es contrapuesto, opuesto, o simplemente diferente del derecho de otro; de "su derecho"?
¿Prevalece la Ley del más fuerte, entonces?
Hoy SÍ. Así es, gracias a nuestros políticos, aupados a sus puestos por los ciudadanos y su nivel cultural. Gracias a la corrupción moral y degradación intelectual de sus propuestas legislativas.
Tenemos, ni más ni menos, lo que somos.
Hoy en día (y lamentablemente va a más) no existen, ni se respetan, porque no se conocen siquiera, los principios morales. Adolecemos de la falta de ética; la falta de honorabilidad. La falta del respeto a la
Justicia en la creación de las leyes rectoras de nuestros miserables políticos.
Moral, ética, honor... Principios trasnochados, pisoteados, ridiculizados hasta el extremo... Exterminados por EL EGOÍSMO.
Y sin embargo, ese aniquilamiento de los principios clásicos, tan progresista, sirve tan sólo a los más fuertes, para machacar a los más débiles.
Bonita y estúpida contradicción. Sí. Qué imbécil es el Ser Humano. Qué profundamente IMBÉCIL.

Me voy a comer. No sigo profundizando.