"La protesta"
La gente se echó a la calle armada con cacerolas, pitos y palos. Enseguida empezaron a arder coches y contenedores; a caer semáforos, farolas y carteles. Los escaparates se hicieron trizas, las puertas de los centros comerciales se abrieron a la fuerza y las patrullas de la policía huyeron entre pedradas. La gente dejó de trabajar, se echó a la calle y lo llenó todo de barricadas y hogueras, mientras se desgañitaban pidiendo más orden y más seguridad.
(Microcuento de esos que me gustan a mi, leido en esas interneses de Dios)
Disfrutad del finde, del buen tiempo y del carnaval, nos leemos el lunes...
