pues yo quiero seguir intercambiando gérmenes patógenos hasta los restos!!!
me ha recordado, hace años, cuando trabajaba en turismo, siempre íbamos a celebrar el final de los grupos grandes (y con final feliz y sosegado, todo hay que decirlo) a una taverna por detrás del puerto.... de esas donde te pegabas literalmente en los bancos de madera de la grasa que había en el local.... han sido las mejores tapas de toda mi vida
