Miguelito38
PeterPaulistic@
   
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« : 11 de Agosto 2008, 19:58:47 » |
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¡Ah ! Los hombres A los 20 le gustan todas las mujeres A los 30 le gusta nada más que una A los 40 le gustan todas menos una A los 50 sólo, lo aguanta una!!!!!!
Dos trabajadores estaban caminando por el costado de la carretera, volviendo de una fábrica donde habían trabajado duro el día entero, cuando de pronto un abogado, que venía a toda velocidad con su auto importado, los atropelló. Uno de ellos atravesó el parabrisas y cayó dentro del coche del abogado y el otro voló bien lejos, a unos veinte metros del lugar del accidente. Tres meses después, ellos salieron del hospital y para sorpresa general, inmediatamente fueron a parar a la cárcel: uno por invasión de domicilio y el otro por huir del lugar del accidente.
Miguel descubrió que heredaría una fortuna cuando se padre enfermo muriese. Entonces decidió que necesitaba una mujer para hacer de ella su gran compañera. Así que una noche que se reunía el foro de abogados en un local se fijó en una abogada, la más bonita que jamás había visto. Su belleza natural era la admiración de todos. El se le arrimó y le dijo: Puedo parecer un abogado común, pero en pocos meses mi padre va a morir y heredaré 20 millones de dólares . Impresionada, aquella noche la mujer fue a la casa con Miguel y ... Tres días después se transformó en su feliz madrastra.
Habla el patrσn a su casa y le contesta la sirvienta: Marνa, ¿ha llamado algún imbécil a la casa? No señor, usted es el primero que llama.
Dos exploradores que se encontraban en una supuesta isla desierta, y caminando se encuentran con un letrero que dice: "PELIGRO: CANIBALES VEGETARIANOS", confundidos los exploradores deciden continuar, en eso se encuentran con un hombre que todo ensangrentado les dice: ¡Corran, corran! A lo que los exploradores preguntan: ¿Por qué si son caníbales vegetarianos? Y el hombre responde: ¡Sí, son caníbales vegetarianos, se comen la palma de las manos y la planta de los pies!
En un parque de la ciudad había dos estatuas, una de un hombre y la otra de una mujer. Las estatuas estaban una en frente de la otra por muchos años. Una mañana se apareció un ángel y les dijo: Por haberles dado tanto placer a la gente de esta ciudad, les voy a conceder que vivan como seres humanos por 30 minutos para que hagan lo que ustedes quieran. Y con esas palabras las estatuas se convirtieron en seres humanos. Se miraron, se sonrieron e inmediatamente corrieron hacia unos arbustos cercanos y se ocultaron entre las matas. El ángel se sonrió mientras oía risas y ruidos de las hojas y ramas quebrándose. Después de quince minutos salieron las estatuas, contentas y sonrientes. Algo sorprendido, el ángel mira su reloj y les dice: Todavía les quedan quince minutos. ¿No les gustaría continuar? La estatua macho le pregunta a la estatua hembra: ¿Quieres hacerlo otra vez? Sonriendo, la estatua hembra le dice: ¡Sí, pero esta vez tu sostienes a la paloma mientras yo me le cago en la cabeza!
Viene Pepito con su compañerito de la escuela de nombre Carlitos y los dos llegan tarde a la escuela. La maestra le pregunta a Carlitos: Carlitos, a ver dígame, ¿Por qué llegó tarde a la escuela? Mire maestra, es que tuve un sueño muy raro, soñé que estaba volando un avión y me la pasé todo el día volando y parte de la mañana, por eso llegué tarde. A ver, ¿Y usted Pepito? Señorita yo me quedé en el aeropuerto todo el día esperándolo a él y nunca llegó.
Se encuentran dos viudas en un cementerio una muy feliz limpiando la lapida de su marido y cantando como loca. La otra muy triste a llanto tendido. Al rato, la desconsolada mira a la contenta y le pregunta: - Ay, señora, cuanto tiempo hace que enviudo? - Seis meses - respondió en tono alegre la otra. - Y, ¿Cómo hace para estar tan feliz si yo llevo 3 años y no he podido superar esta pena? - Ay mijita! porque después de muchos años, es la primera vez que sé dónde está y quién se lo está comiendo!
Erase una vez en una fiesta que un político bebió mucho y se quedó borracho, entonces vio a una persona toda de negro y se acercó a ella y le dijo: A ver, la viudita que baile conmigo esta pieza. La persona molesta le dijo: Señor, yo no voy a bailar con usted por tres motivos: primero porque usted es un borracho mal educado, segundo porque el himno nacional no se baila, y tercero porque yo soy el obispo.
Entra un tipo a un bar y pide: Deme un vaso de whisky. Y empieza a soltar puñetazos al aire como hacen los boxeadores cuando pelean con su sombra. El barman lo mira asombrado y no le hace caso. Al rato: Deme otro vaso de whisky. Y continúa con el boxeo. Al rato: Otro, por favor. Y sigue con el boxeo. El camarero tomándolo por loco, le pregunta: ¿Y? ¿Cuándo empieza la pelea? Cuando usted quiera, no tengo dinero.
Papá, papá, ¿de dσnde vienen los chicos? Y el padre empieza a contarle: Un día, hija mía, llega un pájaro con una semilla y la planta en el jardín. Al pasar nueve meses, la mamá la recogió y de ahí viniste tú. Por la tarde la joven escribe en su diario: Hoy he hablado de sexo con mi padre. No tiene ni la mas **** idea.
Cómo hacer que la gente deje de molestarte con: ¿Cuándo te vas a casar? Mis tías solían acercarse a mí en las bodas, dándome golpecitos en las costillas y diciendo: Eres el siguiente... Dejaron de hacerlo cuando yo empecé a hacer lo mismo, en los funerales.
Resulta que a Jaimito y a toda la clase le mandan a realizar una composición sobre el día de la madre con la expresión: ¡Madre solo hay una! Pues bien, al día siguiente todos los muchachitos llevan su composición y la maestra dice: A ver Luisito léame su composición. Luis declama: Iba yo cabalgando sobre mi potro salvaje que se desboca y mi madre me toma sobre sus brazos y me salva, porque: ¡Madre, solo hay una! La maestra vuelve y dice: María léame el tema de su composición. A lo que María responde: Las olas en la playa estaban agitadas y me hundí en sus profundidades, de repente la mano salvadora de mi madre me llevó a superficie, porque: ¡Madre solo hay una! A ver Jaimito, dígame su composición. Ibamos mi madre y yo por el seco desierto cuando atisbamos unas carpas de un campamento árabe, sedientos nos acercamos a una de las tiendas y entramos. En ella había una nevera la cual abrí y ví una coca cola que quedaba en el fondo y dije: ¡Te jodiste madre, solo hay una!
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