¿De qué dependen la buena o la mala suerte? La respuesta ha ensayado incontables hipótesis especulativas, pero la ciencia actual sugiere soluciones sin varita mágica.
Mientras unos creen que cruzarse con un gato negro o pasar por debajo de una escalera les deparará fatales desenlaces, otros ven señal de buena fortuna al hallar un trébol de cuatro hojas, o confían en los beneficios de algún raro amuleto.
¡Tonterías! El futuro de cada cual depende de su voluntad y de actitudes propias. La buena suerte se labra con tesón en pos de metas que se han trazado.
Vale recordar este pensamiento del dramaturgo Jacinto Benavente: "Todos creen que tener talento es cuestión de suerte; nadie piensa que la suerte pueda ser cuestión de talento". Añada que el talento necesita cultivarse a diario para cautivar a la buena suerte.
¿Cómo se explica el éxito de los "afortunados"? Tales personas emplean una serie de estrategias, aun sin percatarse de ellas, porque poseen espíritu constructivo, son más abiertas y hábiles para crear oportunidades y seguir su intuición.
Estrés, preocupaciones y falta de concentración en objetivos a alcanzar, "atraen a la mala suerte". Pero quienes se concentran en lo que hacen o desean, "invitan a la fortuna".
Especialistas recomiendan, además, dejar de lamentarse, escuchar la voz intuitiva de cada cual, romper la rutina, manteniendo una buena predisposición para "atraer a la buena suerte", así como dedicar unos instantes diarios a recordar los momentos positivos de la vida personal.
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PD: Buen momento para aplicarme el cuento(siempre presente la vena poética

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