enciendo la tele

Veo la tele, la miro sin verla, no le presto atención, ni a ella, ni a ti, ni a mi que soy nada... cuando creo que ha pasado un tiempo prudencial, q no suele ser ni mucho ni poco, apago y me voy a la cama, contigo, sola y me paso toda la noche dando vueltas de un lado a otro del colchón, del espacio de colchón que no ocupa tu cuerpo reciente.
No duermo, estoy en letargo, en pausa, sudando y esperando que suene la alarma del movil, la alarma contra incendios, el telefono, el din don de la puerta, que suceda algo que me obligue a levantarme sin tener que inventar un excusa o decir la verdad, mucho más dolorosa.

Ahora el médico me receta unas pastillas para la ansiedad que me dan el sueño que tu me quitas, q yo me quito... vuelvo a no dormir y no quiero plantearmelo de nuevo pero vuelven las taquicardias, el miedo a que pase a lgo muy malo, o a que no pase nada... la ansiedad y el miedo está anudado en mi pelo sujetandome la frente, sujetandome los parpados para que no los cierre, abriendome un agujero en el estómago para que coma compulsivamente, otro en la garganta para que no grite...

Siempre quise mantener la calma, mantenerme al margen me fue imposible, apuesto a caballo perdedor cada vez que puedo, llamo a números que jamás contestan y escribo poemas nonatos , bebo a escondidas y vomito poemas, siempre quise mantener el espíritu limpio, sin motas, sin caspas, sin dudas y sin temores, sin manchas en el expediente y sin sobresaltos, sin noticias malas y sin noticias buenas, mantenerme en equilibrio.... asi, viendo la luz de lejos, sin quemarme, sin disfrutarla...

sobrevivir en penumbra, pasar desapercibida , sobrevivirme, sobrevirte, y vivir como Odette, vivir como el hortelano, vivir como si no fuera yo, esta yo en la q me he convertido a mi misma, vivir coimo era o como recuerdo q fui cuando siempre reía, porque una vez yo reía, creo... pero la tristeza vuelve, se disfraza de melancolia, de poema, de canción y la tristeza, caprichosa no quiere mirarme los pies, tampoco me mira los ojos...

Desde hace semanas arrastro una bolsa llena de regalos desacertados y no quiero cargar con todo otra vez, me cansa volver a empezar... enciendo la tele, si, enciendo la tele para no verte, para no verme por dentro, duele...