Una mujer no consigue alcanzar el orgasmo cuando hace el amor con su marido.
Un día le dice:
-Querido: esta noche he tenido un sueño increíble. Estábamos haciendo el amor y encima de nosotros, sobre el
armario, había un negro con un abanico, abanicándonos, y eso me hacía gozar mucho.
Los dos deciden poner en práctica el sueño y en un semáforo encuentran a un hombretón de color y le ofrecen 120 euros si acepta abanicarles desde el armario mientras hacían el amor...
El moreno acepta y los tres van a la casa.
Los dos cónyuges empiezan a hacer el amor y el africano abanica que te abanica sobre el armario.
Pero no da ningún resultado. La mujer entonces le dice al marido:
-A lo mejor hace falta que invirtamos los papeles... tú te subes al armario y él se viene a la cama conmigo.
El marido, si bien un poco perplejo, acepta por contentar a su mujer.
El negro se mete en la cama y el marido se sube al armario y empieza a abanicar. Poco después la mujer grita de placer y llega al orgasmo.
Cuando los dos han terminado, el marido baja del armario y, dirigiéndose al morenote, le dice:
¿Te has dado cuenta de cómo se abanica, pringao...?
