Querida Alfonsina...
Hoy mi alma de despertó melancólica. Mi alma rueda calle abajo hasta llegar al mar, mi mar pequeño. Rodea con cuidado los escasos paseantes de la zona dormida. Esquiva los turistas y tu boca cómplices de las noches en vela. Mi alma rueda y recorre caminos familiares que llenan sus ojos con recuerdos. De cosas vividas. De cosas no vividas.
Cruzo mi mirada con la gente al pasar. Una mirada se sostiene algo más en sus ojos y siento calor en las mejillas, sigo mi camino. Es un invierno frío y feliz, desnudo mis pies, estiro los dedos, desperezo mi espíritu solitario y recojo mi pelo en la nuca.
Disfruto mis hombros desnudos, me quito el reloj para no pensar en ti y alargo los brazos para abrazarte. Me encantaría caminar por el agua rodeada de caracolas querida Alfonsina.
Tardes ya lejanas, momentos tambien ..... aquella tarde, Papa Noel, un saludo ...... y mi regalo? ....... y las ausentes castañas de aquella tarde ......... presencias y ausencias ..... vividas de alguna forma, nuestros corazones laten al unisono, nuestros pensamientos nos mantienen llenos ..... momentos vividos, pero no vividos, mas vívidos .... finalmente todos son ahoras, botones recogidos en su momento preciso.
Abrazos, besos, caricias, sonidos, suspiros dados a las 3 de la mañana ... unas mantas por encima, unas copas previas, diria que elixires para cuando la noche nos fue propicia, mis palabras al viento, mis manos tambien, tus manos haciendo y al amor se le fue la mano.
Abrazos, pasiones, besos deseados, mas nunca ausentes, siempre presentes, llevo cuentas, llevo apuntes de cada uno de ellos, los que me das, los que te doy y los que vendran.
