Guks
Reportero Total Gukimimos® Gukikarmas® Gukiniano® Ahora tambien GukiFurbi de venta en Carrefoures
Administrador
PeterPaulistic@²
   
Karma : 5054
Sexo: 
Mensajes: 21.100
Moderador de Moderadores
WWW
|
 |
« : 2 de Diciembre 2006, 10:56:18 » |
|
La Academia de Ciencias Médicas de Bilbao concede la Medalla de Honor al científico francés, en el 25 aniversario de los primeros casos
FERNANDO ITURRIBARRÍA ... CORRESPONSAL. PARÍS
El profesor francés Luc Montagnier (Chabris, 1932) fue el primer científico que describió el virus del sida, la pandemia sexualmente transmisible que ha matado a más de 25 millones de personas desde su aparición desde 1981. Un cuarto de siglo después, está enfrascado en una nueva pista para poner a punto un tratamiento complementario a la triple terapia antirretroviral.
Desde su despacho de presidente de la Fundación Mundial de Investigación y Prevención del Sida, en un anexo de la sede parisiense de la Unesco, desvela que ha probado con la enfermedad el producto a base de extractos de papayas fermentadas que recomendó, en 2002, al papa Juan Pablo II para tratar su Parkinson. Los resultados de los ensayos clínicos son inminentes. Pero ya se sabe que es mucho más barato que los fármacos actuales y la búsqueda de una vacuna preventiva, un «dinero tirado a la basura».
La Academia de Ciencias Médicas de Bilbao acaba de concederle la Medalla de Honor de la centenaria institución al cumplirse el 25 aniversario de los primeros casos de sida en el mundo.
-¿En qué trabaja?
-En prioridad me ocupo de las formas de virus que escapan a la triterapia. Ese tratamiento disminuye mucho la multiplicación del virus. Pero no llega a erradicarlo del todo. Eso obliga a hacer una terapia perpetua, con efectos secundarios tóxicos y la aparición de resistencias. De ahí la importancia de encontrar tratamientos complementarios centrados en la parte del virus que resiste a la triterapia.
Los escondites del virus
-Si lo logra, ¿se acabó la enfermedad?
-Se podrá erradicar la infección. Como es el caso de la tuberculosis. Se trata entre seis y nueve meses con dos o tres antibióticos y la persona se cura. Conserva algunos bacilos pero el sistema inmunitario impide su multiplicación. El objetivo con el sida es el mismo. No erradicar físicamente todas las partículas virales sino reducir el virus a un nivel que no sea molesto y esté controlado por el sistema inmunitario.
-¿Siempre hay una parte del virus que escapa a la medicación?
-Sí. Los inhibidores no logran desalojarla. No tiene nada que ver con las mutaciones que permiten al virus resistir, incluso a los medicamentos actuales. Esta es una reserva de virus, no bien identificada, que se esconde en tejidos como los testículos o el cerebro, en donde a los inhibidores les cuesta penetrar. Más grave aún es que hay formas de virus que escapan por construcción a ese tipo de tratamiento.
-¿Qué se puede hacer?
-He puesto a punto nuevos marcadores para detectar esas formas. Así se podrá conseguir tratamientos que van a disminuir específicamente esos marcadores del virus. Si se llega a superar este problema, se hará un gran favor al tratamiento en los países pobres, en especial.
-¿Por qué?
-Porque permitirá parar la triterapia indefinida. Habrá una triterapia de duración limitada. Luego, con un segundo tratamiento, se aplicará una vacuna terapéutica -para tratar a personas infectadas- unida a antioxidantes e inmunoestimulantes de tal manera que el sistema inmunitario pueda controlar esa pequeña fracción restante del virus.
«Lamentable»
-¿Y la vacuna preventiva, la que proteja contra la infección?
-Para mí, es más lejana. Todas han fracasado porque van dirigidas a una envoltura natural del virus que le basta con cambiar un poquito para escapar a los anticuerpos. Mi convicción profunda es que no podrán funcionar. Todos los millones de dólares que se están gastando en ese tipo de vacunas es dinero tirado a la basura. Me parece lamentable. Se sabe que no podrán funcionar debido a que están dirigidas a las regiones más cambiantes del virus.
-¿Ha calado demasiado rápido la idea de que el sida es una enfermedad crónica?
-Es un profundo error. La nueva generación piensa que ahora tienen nuevos medicamentos que van a curarlos. El sida no es una enfermedad crónica debido a que sus tratamientos son tóxicos y a que el virus puede volverse por mutación resistente a los tratamientos. La situación actual no es buena porque la epidemia continúa, hay nuevas infecciones y la gente olvida las actitudes de prevención.
-¿De qué olvidos habla?
-No se enseña en absoluto la higiene genital. La transmisión del virus es a menudo acelerada o aumentada por co-infecciones genitales. A la gente se le dice: 'póngase un preservativo y ya está'. No. Hace falta también una higiene genital. Está demostrado que la circuncisión disminuye la transmisión heterosexual del virus. Hay medios muy sencillos que no son enseñados. Como explicar desde la escuela los riesgos de las enfermedades sexualmente transmisibles y cómo evitarlos.
-¿Hay signos alentadores?
-Yo no soy pesimista. Pero hay que tener otra actitud, consistente en desmitificar el virus, en especial en Africa donde la infección es una catástrofe para el afectado. La inmensa mayoría de los infectados no lo saben ni quieren saberlo.
-¿Qué hacer?
-Antes de la triterapia, que se dirige a los más afectados, hay que proponer tratamientos suaves a los seropositivos con un sistema inmunitario casi normal. Una mejor alimentación, aporte de vitaminas y antioxidantes, comportamientos higiénicos... De esta manera, en lugar de bajar muy rápido a la fase en que es necesaria la triterapia, se permanece mucho tiempo a una tasa casi normal del sistema inmunitario. Si el sida es así desmitificado, mucha más gente vendrá a hacerse el test porque sabrá que hay un tratamiento que impide evolucionar hacia el sida.
|