
Los gatos también pueden contraer su propia versión del sida, pero no pueden contagiar a los humanos. Cómo prevenirlo.
Según un estudio de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UBA, sobre 500 felinos conviviendo en gateríos (zonas donde conviven muchos gatos) del Gran Buenos Aires, el 45% de los gatos está enfermo con el Virus de la Inmunodeficiencia Felina (VIF), más conocido como Sida Felino.
"El virus ataca a la célula más importante en el sistema inmunitario y el animal pasa a ser un inmuno-suprimido. Sin embargo, el gato puede permanecer por años sin síntomas", explica Nélida Gómez, jefa de la Unidad Clínica Médica del Hospital Escuela dela Facultad de Ciencias Veterinarias de la UBA.
A partir de la baja de defensas, empiezan a aparecer enfermedades de la boca, infecciones respiratorias, intestinales o en la piel. El gato va adelgazando, su pelaje se deteriora sufre infecciones recurrentes, inclusive alteraciones nerviosas. La única forma de verificar la enfermedad es a través de un análisis de sangre.
El VIF se contagia de gato a gato, por medio de algún fluido orgánico (principalmente la saliva). Por eso, las mordeduras son una fuente importante de transmisión.
"No existe una vacuna efectiva para evitar la enfermedad. Por eso lo mejor es tratar de evitar las peleas entre los gatos y mantenerlos dentro de la casa en la medida de lo posible", dice la veterinaria.
Actualmente, los esfuerzos veterinarios se dirigen a controlar las infecciones secundarias. Un gato infectado puede tener una buena vida si se diagnostica a tiempo y se tratan adecuadamente las enfermedades secundarias.
María Ximena Perez
revista Viva
