Binabik
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Campeón del mundo, de sueños rotos...
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« : 16 de Agosto 2006, 14:34:52 » |
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Eres como esa canción que no te abandona del todo. Como ese libro al que siempre guardas un lugar especial en la habitación. Como esa película que te hace llorar pero que no puedes evitar ver siempre que te sientes solo, abandonado o intranquilo. Días con un dolor de estomago; esa sensación de que hay algo que no esta bien, que no estas en el sitio que debieras, que se te ha olvidado algo y no sabes el qué. Simplemente hay algo que no te cuadra. Te levantas un día y ahí esta. Tienes la certeza que hoy tu mundo a cambiado y no sabrías decir en que. Cuanto, cuatro o cinco días con esa sensación, para que luego se te descubra para hacerte entender que no es el mundo el que ha sufrido un cambio simplemente que tu mundo ha dejado de existir. Con que facilidad una simple palabra es capaz de excluirte del mundo. De repente te detienes un segundo mientras todo lo demás sigue girando, y ya estas fuera, ese segundo te destroza el presente, el futuro y borra tu pasado. Luego la recuperación. Silencio, oscuridad y vació. Dan paso a una falsa euforia, ahora va a funcionar todo, inflado de mediocridad, sales al mundo. La luz te ciega un instante, la gente es diferente, tienen un color de enfermedad, un brillo irreal. El sol es más pequeño y todo genera una sombra extraña. Te frotas los ojos y piensas que el tiempo encerrado ha trastocado tus sentidos. Tardas bastante tiempo en darte cuanta que estas en un teatro y que toda esa gente que ves son marionetas. Edificios pintados con tiza en una pared, y el sol solo es un foco. Y de nuevo silencio, oscuridad y vació. Pasa más tiempo. Y de nuevo una luz, esta vez pequeña, suave y calida. Tardas en salir, el mundo te ofrece dudas, ya no quieres volver a equivocarte. Estas más tiempo fuera y todo parece estar bien, hasta que una sombra se va alargando y te entra el miedo. Ahora la oscuridad deja paso a un lugar mal iluminado, el silencio a un murmullo inteligible, y el vació, el vació continua. Poco después te das cuenta que no ves porque tienes los ojos cerrados, no oyes porque te has alejado y el vació es un muro que hay que dejar atrás.
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