Como regalo bastan las palabras
hechas a mano como versos vivos,
muy pensadas como cuentos de hadas
tán presentes como vida en vida.
Son ellas mis leyes, tan mágicas,
tán mías,
ante las cuales descalzo
mis zapatos rellenos
de mil callos de la vida,
y quitándome el sombrero limosnero,
con respeto, por respeto,
doy las gracias
a la ciencia, que ignorante,
nos regala los amigos tán amigos, más leales que virtuales,
conectados a la red de la ternura ilimitada,
a este abrigo de retazos cibernéticos
que tejemos día a día, digitando
letra a letra, byte a byte,
nuestro abrazo,
tán real como fraterno
tán virtual como sincero