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Fascismo en el céspedDi Canio, ídolo del Lazio, saluda 'a la romana' por segunda vez y aunque se arriesga a otra sanción dice que volverá a hacerloLos ultras del Lazio, uno de los dos equipos de fútbol de Roma, son los más fachas de Europa, con permiso de otros rebaños de aficionados, y lo peor es que su delantero estrella, Paolo Di Canio, hace lo posible por estar a la altura. El domingo levantó la mano con el inconfundible saludo fascista para despedirse de la afición. Era la segunda vez y sabía lo que hacía, porque el pasado mes de marzo fue sancionado con 10.000 euros tras saludar 'a la romana' en el derbi de la capital. Aquella vez la imagen, con semblante enfurecido y exhibiendo sus tatuajes -incluido uno de Mussolini-, daba mucho miedo, pero Alessandra, la nieta del 'Duce', dijo que se había conmovido. Di Canio, en cambio, aseguró que le habían interpretado mal, pero ayer se dejó de historias: «Estoy orgulloso de mis valores, no consigo no saludar así y lo haré siempre porque es un símbolo de pertenencia a mi pueblo».
Lo dijo en una de las emisoras locales del Lazio, que a veces ponen como sintonía a Juanes, por eso de la camisa negra, como sorprendente himno privado. Es de justicia recordar que Di Canio, de 37 años y carácter muy temperamental, fue premio al juego limpio de la FIFA en 2001 cuando jugaba en el Celtic escocés: estando solo a puerta vacía tiró el balón fuera porque el portero rival se había lesionado. Pues eso, un chico con fuertes valores.
La justicia deportiva decidirá ahora qué hace con Di Canio y con el Lazio en un campeonato donde un jugador africano, Zoro, del Messina, paró un partido hace dos semanas por los gritos racistas de seguidores del Inter. Los 'tifosi' del Lazio exhibieron el domingo decenas de esvásticas nazis, una costumbre que en abril ya le costó al club una multa, benévola, de 25.000 euros. También firmaron otro hito de la estupidez en 2000 con una pancarta que decía 'Honor al tigre Arkan', tras el asesinato de este jefe de las milicias serbias acusado de limpieza étnica. Lo peor, otra vez, es que el jugador serbio Sinisa Mihajlovic les jaleó con aplausos. Menuda tropa.
El gesto de Di Canio tuvo lugar en un partido muy 'político', por asombroso que parezca fuera de Italia, donde uno aún se topa con fascistas y comunistas como en una película de Don Camilo. El rival del otro domingo, el Livorno, es el equipo 'rojo' por excelencia, la afición agita banderas del Che y su goleador, Lucarelli, también presume de ideología. Saludaba con el puño y le abrieron un expediente, paralelo al de Di Canio, pero a él no le multaron.
http://www.elcorreodigital.com/vizcaya/edicion//prensa/noticias/Gente/200512/13/VIZ-GEN-028.html