El amor no solo se basa en hechos eróticos en si, hay lo que yo llamo cosas cotidianas, triviales que también hacen el amor aunque no sea un acto sexual en si...
de eso va este sencillo experimento, amar en lo cotidiano...
Tus pies
Delicados y suaves
delgados y estrechos
menudos y dulces
muy finos casi diseñados
responsables de mantener
tu grácil cuerpo en pie
y de tus andares de pasarela
todo eso es cierto, si
pero… son tan delicados…
Reventada vengo, dices cayendo
más que sentándote,
y lanzando los zapatos al aire
anda… dame un masajito…
un susurro apenas audible
que solicita mis manos
que hábiles desgranan
tus dedos y tus plantas
con suavidad y con destreza
voy crujiéndote el pie
estirando los dedos desde abajo
apretando el centro, ese centro
donde todo el pie, diríase que
reúne sus nervios… tus nervios
Después de este, el otro,
por supuesto, un par son dos pies
y los tuyos son envidiosillos
con sumo cuidado voy repitiendo
movimientos, y masajes
cuidados y con mimo, tus pies
se relajan y mis manos casi se rebelan
por el trabajo no acostumbrado
pero las hago callar… bajito...
que no se despierte, ya se ha dormido
y te cubro con la mantita
que como tú huele a rosas.
Salgo despacito, sin rozar casi el suelo
para no despertarte de tus relajados
sueños, y ya casi fuera, te escucho bajito
tanto que casi me sorprendo...
muchas gracias, mi vida...
de nada, mi cielo…
descansa ahora
que yo velo tus sueños.
DF
