
Retornas con tu paso silencioso
cual si hollaras capullos de neblina,
se diluye tu risa cantarina
te envuelves en un halo misterioso.
Penumbras en el jardín. Aguardo ansioso
a una diáfana joven, cristalina,
de carita pecosa. ¿Te imagina
mi ilusión o eres sueño fabuloso?
Sombras frías de eclipses ya pasados,
vibrazón de campanas que se han muerto
elaboran paisajes yermos, tristes,
que no verán mis ojos apagados.
Nuestras manos se juntan, ¡ahora es cierto!
Concurriste a la cita ¡ya sé que existes!
