Una manzana podrida pudre al resto. Así nos lo han enseñado en el colegio. Es ley de vida: si unes lo bueno con lo malo, todo empeora. Lo tuvimos claro cuando nos castigaron solidariamente sin excursión. Y lo callamos ahora, entre miraditas y sonrisas, cuando la policía aparece en el aula para preguntar si podemos dar alguna pista sobre la extraña desaparición de Carlos, el peor alumno que tenía nuestra clase.
(Microcuento de esos que me gustan a mi, escrito por Hiperbreves y leido en esas interneses de Dios)
